Llevar una vida convencional no protege de la depresión
La depresión es una de las enfermedades de hoy en día que se ha convertido en algo habitual. Sólo el año pasado unos 5,5 millones de británicos tomaron antidepresivos.
Según el psicólogo Rick Norris, el fundador de la organización del Desarrollo de la Salud Mental, el alcohol, los problemas económicos y la preocupación por la relación de pareja son las principales razones de la mayoría de las depresiones. Estas son razones totalmente lógicas para causar una depresión.
Pero esto no significa que los que no toman nada de alcohol, tienen un buen sueldo y una relación perfecta puedan vivir tranquilamente. La lista de causas de la depresión es mucho más larga que estos tres puntos.
El calor puede afectar al estado de ánimo así como provocar falta de apetito e insomnio. Además las altas temperaturas y el exceso de sol reducen la capacidad de combatir el estrés.
Los medios anticonceptivos también pueden provocar depresión entre las mujeres, porque tienen efectos secundarios que pueden afectar a la situación psicológica. Sin embargo en algunos casos las dosis reducidas de hormonas también estimulan un mejor estado de ánimo en la mujer.
Pensar que los pasteles tampoco ayudan a sentirse contento parece absurdo, pero también tiene su razonamiento. El azúcar, que en un principio provoca un estado de felicidad, más tarde empieza a reducirse en el organismo y se generan procesos químicos en el cuerpo humano que inevitablemente causan la tristeza.
El exceso de luz mientras uno duerme afecta negativamente al área en el cerebro llamada hipocampo que es responsable de nuestro estado de ánimo.
Entre otros de los factores que pueden no dejarnos disfrutar plenamente de una vida feliz están el té, el café, los medicamentos contra la presión arterial, el tabaco, Internet, una dieta vegetariana, dietas milagrosas como la Atkins o la cirugía plástica.