Niños víctimas de violencia doméstica encuentran un hogar en Venezuela

Unos 275 millones de niños en el mundo son víctimas de la violencia doméstica según estimaciones de UNICEF. En Venezuela han encontrado un modo especial para luchar contra este problema.

Las autoridades han puesto en marcha un proyecto, modelo residencial, llamado 'Villa de los Chiquiticos', donde a los pequeños se les brinda la oportunidad de vivir en un grupo familiar. A cargo de la iniciativa está la Fundación Amigos del Niño (Fundana).

En el centro residencial viven 120 niños, cada uno con sus problemas. "Son niños que vienen de hogares muy desprovistos de todos los beneficios. El estado los entrega al consejo de protección, que los trae a los albergues", dice la directora del programa Matilde Baena de Malul.

El proyecto también cuenta con un grupo de psicólogos. Su trabajo, tan importante para la rehabilitación de los pequeños, conlleva mucha responsabilidad.

"Ellos vienen de una situación de pánico tan grande, porque las personas en las que ellos confiaron les fallaron, y entonces lo que ellos aprenden es desconfiar. Cuando llegan aquí, al segundo día comprenden que están en un ambiente seguro. Entonces se relajan y permiten que todo el mundo los ayude", dice una de las psicólogas, Virginia Aznabar. 

Tanto es así que a algunos hasta les da pánico atravesar las puertas y dejar esta institución. Aquí nadie les va a hacer daño, y nadie jamás les va a pegar. Por eso los especialistas de Fundana tratan de prepararlos para el futuro. Ya sea para volver con su familia biológica, o aceptar una familia sustituta. Los chicos deben comprender que esto debe terminar algún día.

"Aquí estamos buscando de que la vida tiene otros matices, que no es solo lo que ellos traen de afuera, y que no solo son las 4 paredes de Fundana, que no crean que la realidad es esta. Eso es solo una parte de la realidad. Y se les dan las herramientas para que cuando ellos salen a la calle, sepan que hay otros colores, ni es la pesadilla que vivieron, ni es todo lo colorido que es acá", explica la  supervisora de preescolar Daisy Barra.

Si en otros sitios se atienden solo las necesidades básicas de los niños, como alimentación, higiene y en algunos casos educación, aquí todos los problemas de cada uno de estos chiquititos tienen que ser tenidos en cuenta. La gente que desea poner su granito de arena para que se recuperen, y sin buscar nada en cambio, se ocupa de esto.

Los hijos de nadie, olvidados por la sociedad, aquí reciben lo que nunca han conocido: el calor de un hogar, una madre para abrazar y hermanos para jugar. Pero lo más importante de todo es que los pequeños que crecen aquí tienen la posibilidad para una vida llena de oportunidades.