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Turismo de andar por casa: 50 familias parisinas abren su hogar a los visitantes foráneos

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Los extranjeros que visitan París ya tienen la oportunidad de 'meterse hasta la cocina' de Francia gracias a una iniciativa turística que permite al extranjero visitar casas parisinas y degustar de primera mano la mítica comida gala. Hasta ahora París, una de las ciudades más visitadas por l

Los extranjeros que visitan París ya tienen la oportunidad de 'meterse hasta la cocina' de Francia gracias a una iniciativa turística que permite al extranjero visitar casas parisinas y degustar de primera mano la mítica comida gala.

Hasta ahora París, una de las ciudades más visitadas por los extranjeros, sólo estaba abierta al turista de puerta afuera. Observando las fachadas y ventanas de sus casas, los turistas sólo podían imaginar como era la vida cotidiana de una familia francesa, cómo son los parisinos. Salvo los museos, restaurantes y tiendas, los turistas no podían ver nada de puertas adentro... Hasta ahora, ya que gracias a un curiosa iniciativa, el foráneo que visita París tendrá la oportunidad de salirse del rígido recorrido que le traza su guía turística.

La intención del proyecto, concebido por Renault Main y que se presenta bajo el título 'Voulez-vous dîner?' ('¿Quiere cenar?'), es muy sencilla: un grupo de entusiastas abre sus hogares de par en par al visitante y cena con él. En el proyecto participan hasta el momento 50 familias.

En la página web del proyecto uno puede elegir fecha y casa, es decir, la familia que lo recibirá, así como la lengua franca para comunicarse con sus anfitriones, algunos de los cuales no sólo hablan francés, sino también inglés, español o ruso. Sin duda, se trata de un detalle importante, ya que la comida en familia siempre predispone a mantener largas conversaciones de sobremesa.

Los padres de la idea aseguran que no existen limitaciones, y que los invitados pueden hablar de cualquier tema: sobre música, viajes, tradiciones o política. El vino francés, la carne de cordero con yerbas, los rollitos de gambas, el helado natural de manzana y, por supuesto, los quesos, serán el plato fuerte de este turismo de andar por casa. Por cierto, cada visita cuesta 65 euros.

“Esto no es mi negocio. Lo hago por placer. Todo el dinero que gano se va luego en la publicidad y en la página web. Lo más importante es pasar un rato interesante y agradable para que tu huésped se lleve una buena impresión de la vida francesa y se vaya contento”, dice uno de los inquilinos que hacen posible esta idea.

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