Barack Obama acude a la Corte Suprema para defender su reforma de salud
El Gobierno estadounidense puso en marcha la defensa ante la Corte Suprema del país de la revisión de la reforma de sanidad de Barack Obama. Al mismo tiempo, las autoridades de 26 estados del país han solicitado al Supremo reconocer como ilegítima esta histórica ley de Obama al completo.
El Departamento de Justicia pidió al Tribunal Supremo que revise la constitucionalidad de su reforma sanitaria, que obliga a que todas las personas adquieran un seguro médico o paguen una sanción a partir de 2014 -cuando la ley de sanidad entrará en vigor-, ya que enfrenta varias querellas y el rechazo de los republicanos. El Gobierno de Obama calificó la decisión de agosto pasado del Tribunal de Apelaciones del 11 Circuito Federal, en Atlanta (Georgia, EE. UU.), que declaró inconstitucional la disposición central de la ley, como "esencialmente errónea", y pidió al Supremo que revise esta decisión.
En su dictamen esa corte de Atlanta alegó que el Congreso "no puede obligar a que los individuos entren en contrato con compañías aseguradoras privadas para la compra de un producto caro desde el momento que nacen hasta que mueren".
Ahora la Corte Suprema tendrá que dictaminar si la reforma defendida por Obama es o no constitucional y tendrá que hacerlo antes de los comicios presidenciales de noviembre de 2012, lo que significa que el fallo se conocerá en plena campaña electoral.
Además, al mismo tiempo los ganadores de ese caso, 26 estados de América del Norte, pidieron a la Corte Suprema una revisión, al asegurar que el tribunal máximo de la nación debe revocar toda la ley, no solo el requerimiento principal del seguro individual. La denuncia ha sido apoyada también por la Federación Nacional del Negocio Independiente (NFIB, por sus siglas en inglés).
La lucha sobre la reforma de salud pública promulgada por el Gobierno de Obama, que él considera uno de sus mayores logros hasta la fecha, aumentó las probabilidades de que se produzca un fallo muy importante en el año electoral y tendrá un impacto importante en la campaña presidencial de EE. UU.