La crisis estimula la industria del sexo

En medio de la crisis económica la demanda de pornografía no decae. Este mercado atrae cada vez a un mayor número de estadounidenses que apuestan por esta vía directa para ganarse el pan.

Muchas de estas personas ya se han dado cuenta de que si no cuidan de sí mismos, nadie lo harán.

Mientras cientos de estadounidenses salen a las calles para protestar contra los altos niveles de desempleo y el empeoramiento de sus condiciones laborales, muchos otros se preparan para sacarle tajada a su cuerpo.

Durante el congreso 'Exxxotica', en Los Ángeles, entre los miles de admiradores de la industria de la pornografía, hubo personas que llegaron a este evento dispuestos a conocer cómo abrir un negocio en este ámbito.

“Es un lugar perfecto para meterse en el sector”, dice Karen Kougar, una actriz de porno de 49 años que antes fue especialista en relaciones públicas.

Con la tasa de desempleo por encima del 9%, muchas mujeres y hombres con ánimo aventurero prefieren no aguardar una mejora de los mercados, y se muestran decididos a vender lo que siempre se vende bien: el sexo.

Jem trabaja ante una cámera web. Cuando perdió el trabajo hace unos meses se le ocurrió que ofrecer sexo 'on line' era rápido y divertido. Por eso acudió a un seminario sobre cómo lanzar una página web pornográfica. "Resulta muy instructivo e informativo. Enseñan cómo hacer un buen negocio”, explica Jem.

IBM, el gigante de la informática, ha despedido a casi 30.000 empleados desde 2005. Patty Ganner trabajaba en el sector de ventas de esa empresa multinacional, pero actualmente se siente más segura organizando presentaciones de juguetes sexuales. "Las mujeres pueden unirse y crearlo como un negocio interno también", recomienda Patty.

Patty no tiene que descubrir mucho de su cuerpo, pero los que llegan hasta el final comparten este espíritu emprendedor.

“La mayoría de nosotros considera esto como un negocio familiar”, asegura Sarah Jay, actriz de películas X. “Es como si tuviéramos un restaurante familiar en la calle de al lado”, explica Jay. La actriz confiesa que, al igual que en cualquier otro negocio, hay que trabajar mucho y hacer llamadas de seguimiento para hacer crecer el negocio.

A diferencia de otros negocios, durante las crisis la industria del sexo estímula el bolsillo sin necesidad de depender de las medidas de rescate.