De regreso: el niño huérfano llevado a un orfanato ya vive con su abuelo

La historia emotiva de Borís y Dima Senyushkini ha tenido en vilo durante semanas a la población rusa. Todo empezó el pasado 20 de septiembre, cuando Dima, un niño de 11 años, fue retenido por la policía y llevado a un centro de atención para personas sin hogar. Su único pariente, su abuelo Borís, no fue informado al respecto.

“Lo llamé al móvil para ir a recogerlo y me dijo que estaba con la policía, fui a la comisaría pero allí me dijeron que no sabían nada. Al niño lo sacaron de la escuela como si se tratara de un delincuente, rodeado de policía y hasta con la presencia de una ambulancia”, recuerda su abuelo, Borís Senyushkin.

Esta medida también tomó por sorpresa a sus profesores del colegio que no pudieron evitarlo. Los problemas de alcoholemia de los padres de Dima, hicieron que sus abuelos criaran al pequeño y se convirtieran en su única familia tras el  fallecimiento de su padre, hace dos años y la desaparición de su madre. Su abuela, que era su tutora legal, murió este verano, por lo que Borís formalizó la tutela temporal. Pero mientras tramitaba la definitiva, las autoridades decidieron que Dima debía estar en un orfanato.

“El director de la escuela llamó al ayuntamiento pidiendo que prorrogaran el plazo de la tutela, para que el abuelo pudiera terminar los trámites, fue algo inesperado. No nos advirtieron que iban a recoger al niño. La psicóloga no pudo prepararle”, dice la profesora Svetlana Strélnikova.

Los nueve representantes de la comisión del Organismo de Tutela decidieron unánimemente el destino del muchacho al entender que, con 79 años, Borís no estaba capacitado para hacerse cargo de su nieto. Desde entonces, no ha cesado un sólo instante en su lucha por recuperarlo. Uno de sus mayores apoyos a lo largo de todo este proceso ha sido Evgueni Bunimóvich, defensor de los derechos del menor de Moscú.

“Les puedo dar muchos ejemplos de personas con 75, 80 o 90 años que están plenamente capacitadas, normales, perfectas, activas y ocupando cargos de responsabilidad. Si pueden dirigir una empresa, cómo no van a poder educar a su propio nieto”, explica Bunimóvich.

Otro defensor de los derechos del niño, Pavel Astájov, también se refirió a las polémicas acciones de la institución social. “La organización decidió asegurarse por si acaso. El abuelo es viejo y les pareció mejor tener al niño en el orfanato, donde estaría económicamente atendido”, comenta Astájov.

Al final el organismo se vio obligado a permitir a Borís que tramitara la tutela definitiva. Tras unas semanas en vilo, este viernes tuvo lugar el feliz desenlace. El abuelo recogió a su nieto del orfanato. “Tenía muchas ganas de regresar a casa. Por las noches estaba llorando porque quería muchísimo volver a estar con mi abuelo”, confiesa el niño.

Los compañeros y los vecinos le dieron una gran bienvenida. El abuelo tampoco ocultó su alegría al reunirse con su nieto. “Gracias a toda la gente que me ayudó. Todavía tienen que aprobar mi derecho a realizar la tutela. Mientras tanto, Dima va a vivir conmigo. Es lo más importante. Y asistirá a su escuela”, dice el abuelo feliz.

Se acordó que una comisión revisará el caso de Dima. Además, Borís podrá compartir la tutela con una amiga de la familia que le ayudaría a cumplir con sus obligaciones.

El abuelo de Dima tiene plazo hasta el 14 de noviembre para entregar toda la documentación necesaria para tramitar la tutela definitiva. Sin embargo, ahora podrá dedicarse a estas tareas teniendo a su querido nieto a su lado.