El canal internacional
de noticias en español
más visto en el mundo
Opinión

"Ya jachú podstríchsia" ("Quiero cortarme el pelo")

Publicado:
"Ya jachú podstríchsia" ("Quiero cortarme el pelo")

Cada pueblo se rige por sus particulares cánones de belleza, pero resulta bastante probable que todos reserven tal atributo a las representantes del género femenino. El hombre, se supone, debe estar provisto de otras características de índole fisiológica y conductual que le aseguren -con el tiempo- llegar a ser un buen Pater familias; es decir el 'Jefe de la casa…': aunque, claro, esta antigua categorización ya no es tan contundente en nuestro días.

Sea. Pero de ahí a comulgar con la idea de que el varón ha de ser “feo, hediondo y peludo” hay un gran trecho.

En mi caso personal, he optado por restar: si nací “feo de nacimiento” ¿he de añadir a eso, por ejemplo, dejar de lado los desodorantes y perfumes y no enfrentar de manera drástica mi tendencia a ser más bien felpudo cual oso? En palabras del lúcido poeta: ¿he de añadirle, por tanto, fealdad a mi fealdad? No: por el bien de la Humanidad creo deber mío evitarle al planeta Tierra tan impresentable espectáculo, cercano, ciertamente, a una deslucida película de cine gore.

Por ello es que en Rusia intento cortarme el pelo con regularidad… y trato de verme “lo más decente” posible.

Primeras tentativas

Las primeras tentativas fueron frustrantes: eso de ir con una amiga como “traductora” para que le explique a la peluquera que “mi amigo no habla ruso y necesita un corte de cabello corto-regular” es algo tan edificante como resaca de Año Nuevo y le hace sentir a uno idiota cual 'niño de 35 años' al que 'mami' lleva a comprar su primer pantaloncito corto. O sea, uno se siente tonto, tonto 'del verbo tonto', a un nivel que ni siquiera la ciencia más avanzada puede concebir.

Por otra parte, intentar ir solo, así sin más, e indicar a la peluquera con la mano derecha 'en forma de tijera' lo que uno busca (sin pronunciar palabra) tampoco es algo para estar en la bitácora existencial de un 'Genio'.

- ¡Yelena, ayúdame! ¿Qué debo decir? ¿Cómo es “quiero cortarme el pelo” en ruso? ¿Podrías escribirme como pronunciarlo y también en letras cirílicas en caso de que me vaya mal y no me resulte decirlo?

- Muy bien, te lo escribiré.

Ella toma el lápiz y mi mini libreta de apuntes. Me los devuelve. Miro:

**** Я хочу подстричься

(Se dice: “Ya jachú podstríchsia”)

De nuevo, me maravillo. ¿Lo conseguiría? ¿Podría un homínido con tendencia a la dispersión y avanzados problemas de memoria resetearse el cerebro y meterse todo un nuevo alfabeto en su cerebro?

- Bueno, esto puedes escribirlo así con caracteres latinos: "Ya hochu podstrichsia", pero debes pronunciarlo de este modo “Ya jachú podstríchsia”. Te lo escribí en tu libreta. Si lo dices de esta forma, te van a entender. Y agregas “Normal”. Te aseguro que puedes hacerlo. No es difícil. Incluso si tienes una foto tuya llévala, se la muestras y le dices “Zdélaite mne strizhku kak na fotográfii”, lo que vendría a significar “"Córteme el pelo igual como en la foto".

- ¿Y si me va mal?

- Te va a ir bien. Confía en ti.

- Me va a ir mal.

- Confía en ti.

- No confío en mí.

Me vuelvo hippie… y punto

Al día siguiente, estoy a una calle del Salón de Belleza y Peluquería “Бэлла Мадонна” ("Bella Madonna"). Sacó mi libreta y releo. “¡Debo recordarlo! ¡Debo recordarlo!”. No sé porque me acuerdo de la peli Memento. Pero algo me salva: no soy tan rubio como el protagonista… aunque, claro, la cara de “astucia” de ambos nos emparienta y muy de cerca.

Abro la puerta. Bajo una escalera y llego a la recepción. Una mujer de unos 40 años con pinta de cansancio. Es sábado. Debe ser complejo tratar con tantas y tantas cabezas a diario. Me parece, por momentos, un trabajo psiquiátrico.

- Zdrástvuite.

Traducción: “Hola” formal.

- Zdrástvuite-. Es el momento. Agrego: “Ya jachú podstríchsia”.

¡Había entendido! Eso es obvio: sin extrañarse, me hace una pregunta. El problema es… que no entiendo nada de lo que dice. Bueno, si estaba ahí era por algo:

- Ya jachú podstríchsia.

Comienza a observarme de manera extraña. ¿Y si saco el papel y se lo muestro? (No, estás grande: arréglatelas solo). La mujer hace una nueva pregunta o más bien comentario, dada su entonación. ¿Qué sucede? ¿Puedo cortarme el pelo o no? Sigo sin entender. ¿Qué más puedo hacer…?:

- Ya jachú podstríchsia…

Se empieza a enfadar. Veo alrededor. Hay unas 8 chicas de entre 20 y 30 años. Peluqueras todas. Algunas me miran con expresión intrigada. ¿Y si le enseño la foto para especificar 'qué' quiero? No alcanzo a hacerlo: la recepcionista no pregunta nada más. Le comenta algo muy breve a una de las chicas. Ambas me observan y sonríen. Empiezo a desear ser tragado por las entrañas de la Tierra.

Me parece entender que se ha dado por finalizada nuestra “conversación”. Tengo una opción: hacerme el desentendido, entrar como si nada, sentarme y ver qué pasa. Me falta el desplante. Igualmente la garra, el temple. La cobardía me inunda. Ataque de nervios. Dientes castañeteando.

Las cosas no están saliendo bien. Nada, nada bien.  

- Ya jachú podstríchsia. ¿mozhna?- agrego, es decir: “¿se puede?”-. Ya jachú podstríchsia. Do you understand me?

Silencio absoluto. ¿No parezco buen cliente, acaso? ¿O que no le gusto yo y mi cabello venido de lejanas tierras? ¡Ayúdame, Luís Miguel! ¡Ven a salvarme, Miguel Bosé! ¡Cerati, la música no es del todo ligera aquí! ¡Jorge González, tengo “sangre latina” pero el planeta no me necesita….! ¡Dios, ayúdame! ¡Sólo quiero un corte de pelo, Dios!

Mejor dejarlo hasta aquí. Fue mi culpa. Nuevamente. Mi visceral tendencia al error. Debí haber “confiado en mí” y la historia hubiese concluido bien. Pero no.

- Ya jachú podstrí… Ya jachú… Eh, Ya… Bye. Bye. Thank you.

Doy media vuelta y me voy. A la calle. De nuevo.

“Mono eres… y en mono te convertirás”.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

comentarios
RT en Español en vivo - TELEVISIÓN GRATIS 24/7