Condena récord de150.000 millones de dólares en EE. UU. por un niño quemado hace 12 años
Un jurado en el estado de Texas ha sentenciado a pagar 150.000 millones de dólares a la familia de un joven que murió de cáncer de piel, 12 años después de ser quemado por un delincuente que quedó sin castigo. El monto es un récord total, pero es poco probable que la familia de la víctima reciba el dinero.
Robbie Middletone, de 20 años, murió por las consecuencias de las quemaduras en el 99% de su piel. En 1999 una persona, en aquel momento no identificada, echó gasolina y prendió fuego en el cuerpo del pequeño Middletone. Solo por un milagro el niño no se murió instantáneamente después de lo sucedido.
Según el abogado de la familia, el agresor no fue investigado ni juzgado en el año del suceso debido a que el caso era muy complicado y las pruebas no eran demasiado convincentes en ese entonces.
Pero los padres de Robbie siempre supieron el nombre del delincuente. La misma victima nombró a Donald Collins, de origen estadounidense y que en aquel momento tenía 14 años, como culpable. Hoy en día Collins está condenado y encarcelado por otro crimen. Después de la muerte de su hijo, los padres tomaron la decisión a pleitear contra el agresor y, sorprendentemente, ganaron la batalla jurídica.
A pesar de que es muy dudable que la familia en realidad pueda recibir toda la compensación material, los Middletone están contentos por la decisión positiva del jurado en su caso, y como esto podrá ayudar a otros ciudadanos en situaciones parecidas.
Las paradojas del sistema jurídico estadounidense
El sistema jurídico estadounidense tiene muchos pliegos sobre lesiones a la salud y homicidios por investigar. Y no solamente en relación con ciudadanos estadounidenses, sino de otras nacionalidades también.
En los múltiples recientes casos de maltrato y de homicidio de niños rusos adoptados por padres estadounidenses la sentencia del jurado siempre ha sido sorprendentemente suave y ha provocado polémica entre los defensores de los derechos humanos. Uno de los casos más actuales es la sentencia para la ciudadana de EE. UU. Jessica Beagley, que fue declarada culpable de haber maltratado a su hijo adoptivo y para la que se decretó libertad condicional de 6 meses.
Otro caso más grave ocurrió en agosto de 2009, cuando Vania Skorobogátov, de 7 años, murió a causa de traumatismos cerebrales causados por sus padres adoptivos, el matrimonio Craver de Pensilvania. Un juzgado de Nueva York declaró a la pareja culpable de homicidio no premeditado y los condenó a 16 meses de cárcel, aunque Michael y Nanette Craver fueron liberados muy pronto de la cárcel.
El monto de la compensación para el caso de Robbie Middletone, 150.000 millones de dólares, es un récord total entre los juicios civiles en la práctica jurídica de los EE. UU.