Triste Navidad en Damasco
A pocas horas del día de Navidad, el miedo y la inseguridad se apoderaron de Damasco. La comunidad cristiana, que representa el 10% de la población, parecen teñirse de luto en la capital siria, que tras el atentado de ayer ha dejado de ser un remanso de paz en medio del conflicto interno que vive el país.
Al menos 40 personas murieron y más de 150 resultaron heridas el viernes tras el doble atentado contra edificios de las fuerzas de seguridad y de inteligencia en Damasco.
“El año pasado en Navidad deseamos salud y oramos por la gente en otros países que pasaba por momentos difíciles debido a las guerras, pero nunca pensamos que este año podría tocarnos a nosotros”, asegura una madre junto con su hija en la calle.
Los sacerdotes locales también rezán por el futuro del país. “Este año pedimos a todos que eviten signos externos de fiesta para concentrarse en su interior”, dice uno de los sacerdotes.
Con los hospitales llenos de heridos nadie parece tener ganas de celebraciones.
¿La pista de Al Qaeda?
Las autoridades apuntan a la organización terrorista Al Qaeda como responsable de los ataques del viernes.
"En el primer día tras la llegada de los observadores árabes, este es el regalo que tenemos de los terroristas de Al Qaeda, pero vamos a hacer todo lo posible para facilitar la misión de la Liga Árabe", subrayó Faisal Meqdad, ministro adjunto de Relaciones Exteriores.
Víctimas y autores
Según la ONU, la violencia en el país se ha cobrado más de 5.000 vidas desde que comenzaron las protestas en marzo. El Gobierno afirma que combate a grupos armados patrocinados desde el exterior.
La oposición, que comenzó su lucha de manera pacífica, se fue involucrando cada vez más en choques violentos, por lo que, a medida que se suceden las acciones armadas, resulta muy difícil establecer quién es realmente el responsable de qué.
“En Siria tenemos víctimas pero desconocemos a los autores del crimen. El Gobierno afirma que es la oposición, mientras que la oposición responde que es el Gobierno”, apunta George Jabour, jefe de la Asociación de Asuntos de Siria en la ONU.
Cuando los crímenes no se esclarecen, aparecen todo tipo de especulaciones sobre su autoría. “Tenemos aquí dos versiones de los acontecimientos que se contraponen. Y nosotros no disponemos de los medios para saber cuál está más cerca sw la verdad”, agregó Jabour.
Ahora serán los observadores de la Liga Árabe los responsables de abrirse paso a través de la retórica para verificar qué versión de los hechos es más precisa. No obstante, muchos siguen dudando de la capacidad de esta comisión para lograr su objetivo.
Los cristianos sirios ya conocen cuál es el regalo más deseado para esta Navidad: el fin de la violencia en el país, una petición a la que, sin duda, se une el resto de la población.