Uribe vs. Correa: segundo 'asalto'
El ex mandatario de Colombia, Álvaro Uribe, ha acusado al presidente de Ecuador, Rafael Correa, de mostrar una posición magnánima en relación a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y de favorecer a los guerrilleros. Algunos expertos consideran que de esta manera Uribe intenta correr una cortina de humo sobre las acusaciones de corrupción que se ciernen sobre él.
Uribe parece querer justificar el hecho que no avisara a Quito del ataque a un campamento de la guerrilla en una región ecuatoriana en marzo de 2008. El presidente ecuatoriano aseguró tras el ataque que Uribe le mintió entonces al decirle que el bombardeo, que arruinó el campo, fue resultado de "una persecución en caliente" a los militantes.
Correa calificó aquella operación de "delito" y dijo que Colombia adoptó la estrategia de culpar sistemáticamente a su país de colaborar con las FARC. El incidente provocó una grave crisis diplomática y la ruptura de relaciones entre Ecuador, Venezuela y Colombia, que sólo fueron restablecidas tras la dimisión de Uribe, y con la llegada al poder el nuevo presidente Juan Santos.
En esa conexión el periodista Ramón Jimeno considera que las denuncias de Uribe son tan sólo un intento para distraer la atención de su persona. El experto recuerda que Uribe cometió "todo tipo de ilegalidades", relacionadas con "corrupción" y con "el espionaje ilegal de figuras de la oposición, periodistas y organizaciones no gubernamentales".
Ahora la comisión especial del Gobierno colombiano sigue investigando los vínculos de Uribe con el seguimiento ilegal y el espionaje telefónico de magistrados de la Corte Suprema y defensores de los derechos humanos, entre otros. Se supone que el ex mandatario conocía y, en consecuencia, aprobó dichas prácticas ilegales, que llevó a cabo el servicio de seguridad estatal controlado entonces por él.
El ex presidente también estuvo detrás de controvertidas acciones de las fuerzas militares, sostiene Jimeno, que recuerda violaciones de derechos humanos tales como "la captura de más de mil jóvenes acusados de ser guerrilleros y asesinados por el Ejercito sin ningún tipo de juicio".
Dado que el presidente de Ecuador arremetió contra el régimen de Uribe después del citado bombardeo en territorio ecuatoriano, contrario a la ley internacional, el ex líder colombiano estaría tratando de "desprestigiar a Correa", "de vengarse de Correa", afirma el experto, trasladando la atención mediática al supuesto apoyo que Ecuador presta a los guerrilleros.
Sin embargo, las últimas victorias de Colombia y de su presidente, Juan Santos, en la lucha contra las FARC, junto con la restauración completa de las relaciones con Ecuador, parecen deslegitimar las acusaciones de Uribe.