España vota pensando en la crisis y en el cambio

Los españoles votan este domingo en unas elecciones generales marcadas por una de las crisis más serias en la historia reciente del país. Cerca de 36 millones de ciudadanos podrán elegir a los 350 diputados y 208 senadores de la décima legislatura y determinar el Gobierno que dirigirá el país durante los próximos cuatro años. Los colegios electorales abrieron sus puertas a las 09:00, hora local, y permanecerán abiertos hasta las 20:00, salvo en las Islas Canarias, donde todo el proceso se realiza una hora más tarde. Hasta el momento la participación oscila entre el 57% y 65%. Los primeros resultados se difundirán ya el mismo día de los comicios.

Los sondeos afirman que el Partido Popular (PP), hasta ahora líder de la oposición, es el claro favorito y si se atiende a estas encuestas, este día inevitablemente cambiará el rumbo político del país.

El asunto central en la agenda del país es la crisis. La economía española está casi estancada, con un crecimiento anual estimado del 0,8 %, una tasa de desempleo del 21,62% -un índice que es más del doble que el de la media europea- y que sube hasta el 45% entre los menores de 25 años.

Los mercados marcarán las decisiones del nuevo Gobierno

“La razón principal por la que la gente cree que va a ganar el PP y va a ser derrotado el PSOE es precisamente por el tema económico. Por la deuda, por el déficit, y sobre todo por la falta de empleo, y en general por la mala gestión económica que se ha hecho en estos últimos años”, comentó el experto de RT, el politólogo y sociólogo Juan Díez Nicolás.

Todas las encuestas prevén una caída sin precedentes para el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Los sondeos pronostican al PP, con su líder Mariano Rajoy, una amplia mayoría absoluta, que algunos como el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), sitúan entre 190 y 195 escaños en la cámara baja.

Las posibles medidas de austeridad que puede tomar el nuevo Gobierno estarán “marcadas por los mercados y los grandes bancos”, considera el activista social Javier Couso, porque actualmente “vemos una pérdida de la soberanía de los políticos europeos”. Por ello “nos esperan unos años muy negros”, las autoridades “anunciarán privatizaciones y recortes sociales”, lamenta Javier Couso.

Indecisos

Esa distancia de más de 16 puntos, que con algunas variaciones es compartida por todas las encuestas publicadas en las vísperas, restó emoción a la campaña electoral, en la que el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, intentaba revertir los pronósticos y atraer a algunos entre el electorado de izquierda, desmotivado y decepcionado por la gestión que ha hecho el Gobierno de la crisis.

Pese a estos esfuerzos, el PSOE, puede hundirse y alcanzar solo entre 116 y 121 escaños, aunque Rubalcaba ha tratado de que los descontentos entre la izquierda y sobretodo los indecisos, que representan un 22,5% (según el sondeo del CIS con el que se abrió la campaña) confíen en su experiencia de gobierno, pero sobre todo en lo que según los socialistas se le puede venir encina a España. "Salid a la calle, coged el teléfono, hablad con los desencantados, con los abstencionistas y convencedles de que esta es una batalla por el Estado de bienestar, por sus derechos y los de sus hijos" dijo Rubalcaba en el cierre de campaña.

Además de PP y PSOE, que juntos disponen del 92% de los escaños del actual Parlamento, otros partidos más pequeños intentan aprovechar el momento y ampliar su representación en la vida política. Las posibilidades de otros partidos se estiman de acuerdo a los sondeos de la siguiente manera: IU puede llegar a ocupar 7 escaños; CiU, 14; UPyD, 3; PNV, 5; ERC, 2 y otras fuerzas políticas de ámbito regional los 9 restantes.

Los analistas señalan que tienen posibilidades de hacerlo, ya que en los tiempos de crisis mucha gente no solo está desilusionada con la fuerza gobernante, sino en general con el sistema político del país.

En lo que toca a esta cuestión, Díez Nicolás concluyó: “España necesitaría un acuerdo para restaurar la confianza mutua que se estableció durante la transición democrática en los años 70. Creo que es perfectamente compatible con cualquier resultado el que los dos partidos principales se entiendan para aquellas cuestiones que son de Estado”.