El 'boom' inmobiliario en Argentina toca techo... y suelo

El auge de la burbuja inmobiliaria en Argentina se está convirtiendo en un arma de doble filo. Mientras las autoridades incentivan proyectos de construcción en busca de maximizar los beneficios económicos para la urbe, los ciudadanos se ven afectados por una serie de derrumbes debido a estas mismas construcciones.

Así, las excavaciones que realizaba una compañía constructora en Buenos Aires terminaron minando los cimientos adyacentes y, en resultado, se derrumbó un edificio de diez pisos, arruinando el hogar de medio centenar de familias.

En apenas un año la capital argentina ha sufrido 15 derrumbes, cobrándose un saldo mortal de 9 personas.

Muchos especialistas relacionan estos casos con el afán de incentivar la inversión de empresas poderosas e incrementar las recaudaciones, lo que conlleva cierta negligencia a la hora de dar luz verde a los proyectos de edificación.

"No se puede salir a excavar a lo pavo porque se me ocurrió y porque tengo que invertir. Esto es el resultado de esa incompetencia", comenta el especialista en Seguridad Ambiental, Edgardo Castro. Según él, no se trata de huecos normativos, sino de la falta de voluntad política de aplicar la normativa legal vigente.

Por su parte, el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, aseguró que tras el primer gran derrumbe ocurrido hace un año, que dejó dos muertos, se están estudiando medidas de supervisión más rigurosas para "evitar este tipo de situaciones en una ciudad que sigue creciendo".

Según un informe de la consultora local Urbeos, en la metrópoli aparecen 73 edificios nuevos cada mes. Mientras tanto, las presuntas irregularidades sumadas a deudas en materia de conservación de patrimonio histórico han hecho que la World Monuments Fund incluya el centro histórico de Buenos Aires en un listado de "cien sitios culturales en peligro", según Santiago Pusso, titular de 'Basta de Demoler', una asociación civil que defiende el patrimonio urbanístico de la capital.