Sangre inocente: mueren los niños disparados por su propia madre en Texas
Timothy Grimmer, el niño de 10 años que recibió un disparo en la cabeza por su propia madre en el departamento de Sanidad y Servicios Humanos del estado de Texas, murió en el hospital. Previamente, el 7 de diciembre, falleció su hermana Ramie de 12 años en el mismo lugar.
Las lesiones fueron mortales y los médicos no pudieron salvar sus vidas.
Acto violento de desesperación
El hecho sumamente impactante ocurrió el martes pasado en un edificio del Departamento de Salud y Servicios Humanos en Laredo, Texas, en presencia de 25 personas. En un acto violento de desesperación la estadounidense Rachelle Grimmer, de 38 años, le disparó a sus dos hijos en una oficina de asistencia social de Texas, tras habérsele negado cupones de alimentos. Tras herir gravemente a sus niños la mujer se suicidió.
No quería que sus niños sufrieran
La mujer, originaria de Ohio, llegó a Laredo el pasado abril con intención de escapar de su esposo y que este no le quitara a sus hijos. Vivían en una pequeña casa rodante, al sur de Laredo, y tenían muchas carencias.
Rachelle Grimmer pidió por primera vez que le prestaran cupones de alimentos en julio pasado. Le negaron el beneficio de las estampillas hasta en cuatro ocasiones porque no prestó suficiente información y el pasado martes decidió reclamar armada con una pistola.
Llegó al Departamento de Salud y Servicios Humanos con sus dos hijos y mostró el arma. Durante un rato tuvo como rehén a un empleado del organismo, luego le liberó. Durante 7 horas resistió a la Policía y terminó por disparar contra sus hijos para luego suicidarse de un tiro en la cabeza.
Según la publicación The Houston Chronicle, dos semanas antes de llegar a los servicios sociales este diciembre Grimmer decía que no sabía cómo iban a vivir sus niños y que no quería que sufrieran.
La crisis económica ha golpeado duramente a varios estados en Estados Unidos, algunos de los cuales están al borde de la bancarrota y recortan sus prestaciones sociales. A ello se une la indignación de los estadonidenses por el abismo creciente entre ricos y pobres. En concreto, un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso reveló que los adinerados cada vez se hacen más ricos. Entre 1979 y 2007, el 1% de los estadounidenses con los ingresos más altos los incrementaron en un promedio del 275%.