EE. UU. sacude los árboles de la 'primavera árabe'
Estados Unidos aspira a “sacar la mayor tajada” de los movimientos antigubernamentales en Oriente Medio y hace todo lo posible por aumentar su influencia en la región a través de su apoyo a la oposición de los regímenes no amistosos, opina el activista político Daniel Jadue.
Según él, “eso significa tratar de ganar influencia antes de los desenlaces de los conflictos internos”, de tal forma que -añade- Washington intenta colaborar con aquellos que “supuestamente podrían gobernar” luego.
Para el activista, esta estrategia de EE. UU. a veces lleva a la aparición de documentos bastante extraños, como “la solicitud de intervención [en Siria] que hace la Liga Árabe”, precisamente cuando muchos de sus integrantes están lejos de los valores democráticos.
Pensando en Libia e Irán
Las posiciones de Rusia y China, que vetaron el proyecto marroquí de la resolución del Consejo de Seguridad sobre Siria, reflejan la actitud que dichos países mantienen no sólo hacia el problema actual, sino también hacia un posible escenario similar en el contencioso nuclear de Irán, dijo Jadue a RT.
Según él, al ejercer su derecho de veto ambos países tienen en cuenta los sucesos en Libia, donde la experiencia “fue desastrosa desde todos los puntos de vista”, pero sin perder de vista la futura discusión sobre la situación iraní.
“Avalar una intervención no sería prudente, y mucho menos, considerando que está en la misma línea del desarrollo de quienes pretenden avalar y legitimar una futura intervención israelí en Irán”, afirma.
Por esa razón -conjetura Jadue-, Rusia y China “van a mantenerse en el veto” y no permitirán “legitimar una intervención directa en Siria, ni tampoco en Irán”.
No a la resolución
El sábado Rusia y China frenaron con sus vetos la aprobación del proyecto de resolución sobre el conflicto en Siria. Salvo estos dos países, los demás miembros del Consejo votaron a favor del documento.
Rusia esgrime que el Consejo no tomó en consideración su propuesta de llamar a la oposición siria a "distanciarse de los grupos extremistas que realizan actos de violencia". De ahí que el proyecto no refleje la realidad en el país, sostiene el representante ruso ante la ONU, Vitali Churkin.
"Algunos potentes miembros de la comunidad internacional desde el principio de la crisis siria han estado socavando la posibilidad de una resolución política y exhortaron a cambiar el régimen, azuzando la oposición a las autoridades, y no despreciando la provocación y el fomento de los métodos militares de lucha", subrayó Churkin.