La 'vida perra' del mejor amigo del hombre

El destino de los perros callejeros nunca fue fácil. Uno de estos animales fue encontrado en un camino, desnutrido y desangrándose. A su lado hallaron una de sus patas que, al parecer, se había arrancado con sus propios dientes para poder escapar de la cuerda con la que estaba amarrado.

Los responsables no han sido localizados, pero la buena voluntad de quienes llevaron al animal a una clínica de Moscú, le ha devuelto la vida.

“Si no lo hubieran encontrado a tiempo, la gangrena se le habría extendido. Las consecuencias habrían sido terribles. Gracias a que lo rescataron, ahora está fuera de peligro y estable. Después de la rehabilitación, podrá llevar una vida normal”, comenta la veterinaria Anna Cherakova.

Fidós, como ha sido bautizado este perro de poco más de un año, recibe también ahora el cariño de una mujer llamada Nadezhda Tomokúmova. En cuanto se enteró de su caso, decidió echarle una mano. Con una empresa a su cargo y una familia, Nadezhda no podía adoptarlo, pero cuenta con recursos suficientes para financiar la operación y los tratamientos que requiere.

Al fin y al cabo -dice-, la cuestión es salvarlo. De hecho, ya se ha encargado de buscarle un hogar donde recibirá el amor y los cuidados necesarios cuanto le den el alta.

Tras su trágica experiencia, Fidós va recuperando poco a poco la confianza en las personas. Él es el último perro que Nadezhda ha salvado, pero como este animal, hay muchos otros que sufren.

Y es que esta mujer incansable ha hecho del rescate de mascotas un trabajo que se añade a su jornada laboral. Con frecuencia visita la casa de Oksana, una veterinaria que ha convertido su apartamento en un centro de acogida. Por aquí pasan gran parte de los perros que Nadezhda salva y que están a la espera de encontrar un hogar definitivo. Nada más verla, los canes la reconocen y no pueden ocultar su alegría.

“Estos momentos son los que te animan a seguir adelante porque a veces es muy duro”, dice. “Hay ocasiones en que rescatas a un animal que ha estado una o dos semanas sin nada que beber o comer y sabes que lo llevas a la clínica sólo para que muera. Y en esos casos, el amor y los buenos cuidados llegan tarde”.

Sólo en su casa Oksana mantiene a tres perros. Todos ellos con un pasado terrible.

A Lioja lo encontraron en una carretera atropellado junto a su madre y hermanos. Fue el único que sobrevivió al accidente, aunque con las cuatro patas fracturadas. Ahora vuelve a caminar gracias a unos implantes. En total, ha pasado ya cinco veces por el quirófano. Y todavía le esperan tres intervenciones más.

Joy corrió la misma suerte. Ahora ha recuperado la vitalidad, pero cuando lo encontraron tenía una extremidad y la columna rotas, y le faltaba buena parte de la dentadura.

La pequeña de la casa es Rada. Su nombre en ruso quiere decir 'Feliz'. Y es que ese parece ser el estado habitual de este cachorro, que todavía parece no entender todo por lo que ha pasado, y que sigue luchando por recuperar por completo la movilidad. Pero las heridas físicas no son las que más pesan...

“A menudo desarrollan miedos a causa de los maltratos y pierden la confianza en la gente”, explica Oksana. “Entonces hay que domesticarlos, socializarlos y buscarles un amo que sepa entender el calvario por el que han pasado”.

Nadezhda dice que cuidar a cada uno de estos ejemplares le cuesta unos 10 dólares diarios. Y a eso hay que sumarle los medicamentos y las intervenciones quirúrgicas, que en algunos casos han superado los 1.500 dólares.

Y éste es sólo uno de los hogares de acogida que financia esta mujer entusiasta de los animales, que pretende contribuir así a disminuir el elevado número de perros callejeros que deambulan por la capital. Un problema, que a su juicio, necesita ser abordada con urgencia.

“Hay que aprobar una ley que defienda los derechos de los animales, que regule los criaderos y resuelva la cuestión de los perros callejeros”, opina. “Pero ante todo hay que concienciar a la gente de la gravedad de estos problemas para evitar nuevos abandonos”.

Hasta entonces, Nadezhda continuará salvando perros, animales que no entienden de traición y que lo único que desean es encontrar a una familia con la que compartir el cariño que llevan dentro.