Sociedad
Minorías en el Reino Unido, víctimas de registros policiales injustificados
Marginados y aislados. Así es cómo se sienten los miembros de minorías étnicas en el Reino Unido, que denuncian discriminación por parte de la Policía. Según expertos, esta abusiva práctica policial impide su integración en la sociedad británica.
Estas minorías étnicas afirman que sólo por su origen, son constantemente detenidos y maltratados por las fuerzas de seguridad en el Reino Unido.
Es el caso de Mohamed Elmi, un abogado en prácticas que ha llegado a ser registrado por la policía hasta en 10 ocasiones en una sola semana, por el simple hecho, dice, de ser o parecer inmigrante.
En declaraciones concedidas a RT comentó que uno de esos registros se produjo cuando detuvieron el vehículo en el que iba conduciendo. Dijo que el agente “tiró fuera todo lo que había en el coche y lo dejó en la acera. Después continuó su camino de nuevo”. Lo pararon sin sospecha razonable y lo hicieron sin hacer uso de buenos modales.
“Sin decir gracias, por favor... nada de eso, somos tratados como ciudadanos de segunda clase”, lamentó.
De acuerdo con la Comisión Británica de Igualdad y Derechos Humanos, las prácticas policiales en el país son especialmente abusivas con las minorías étnicas. El organismo cuestiona su legalidad, pero también su eficacia en la lucha contra el crimen. De hecho, según ciertos datos, en algunas zonas hasta 300 personas han llegado a ser registradas antes de que se llevase a cabo alguna detención. La consecuencia, afirman, es la marginación.
“Sólo la experiencia de haber sido parado y registrado varias veces, y detenido sin ninguna razón, sólo por su origen étnico, tiene un efecto muy dañino en la comunidad”, apunta el investigador y analista político Kam Gill.
“Sienten que en lugar de ser parte de una sociedad que está siendo protegida, son un problema que está siendo vigilado”, agrega el experto.
La Policía, por su parte, considera fundamentales los registros para hacer frente, argumentan, a la delincuencia. Además, aseguran que se está variando el modo de trabajar. Sin embargo, para Elmi la situación viene siendo la misma desde que asistía a la escuela primaria.
En su opinión, las promesas por parte de la Policía de tratar de comprometerse con la comunidad son sólo “palabras” que todavía no se han llevado a la práctica.
Es el caso de Mohamed Elmi, un abogado en prácticas que ha llegado a ser registrado por la policía hasta en 10 ocasiones en una sola semana, por el simple hecho, dice, de ser o parecer inmigrante.
En declaraciones concedidas a RT comentó que uno de esos registros se produjo cuando detuvieron el vehículo en el que iba conduciendo. Dijo que el agente “tiró fuera todo lo que había en el coche y lo dejó en la acera. Después continuó su camino de nuevo”. Lo pararon sin sospecha razonable y lo hicieron sin hacer uso de buenos modales.
“Sin decir gracias, por favor... nada de eso, somos tratados como ciudadanos de segunda clase”, lamentó.
De acuerdo con la Comisión Británica de Igualdad y Derechos Humanos, las prácticas policiales en el país son especialmente abusivas con las minorías étnicas. El organismo cuestiona su legalidad, pero también su eficacia en la lucha contra el crimen. De hecho, según ciertos datos, en algunas zonas hasta 300 personas han llegado a ser registradas antes de que se llevase a cabo alguna detención. La consecuencia, afirman, es la marginación.
“Sólo la experiencia de haber sido parado y registrado varias veces, y detenido sin ninguna razón, sólo por su origen étnico, tiene un efecto muy dañino en la comunidad”, apunta el investigador y analista político Kam Gill.
“Sienten que en lugar de ser parte de una sociedad que está siendo protegida, son un problema que está siendo vigilado”, agrega el experto.
La Policía, por su parte, considera fundamentales los registros para hacer frente, argumentan, a la delincuencia. Además, aseguran que se está variando el modo de trabajar. Sin embargo, para Elmi la situación viene siendo la misma desde que asistía a la escuela primaria.
En su opinión, las promesas por parte de la Policía de tratar de comprometerse con la comunidad son sólo “palabras” que todavía no se han llevado a la práctica.
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