Sociedad
El fundador de la Iglesia de la Unificación muere a los 92 años en Corea del Sur
El reverendo Sun Myung Moon, el autoproclamado mesías que convirtió su Iglesia de la Unificación en un movimiento religioso a nivel mundial y se hizo amigo de los líderes de Corea del Norte y de los presidentes de EE.UU., murió este lunes a los 92 años, según informaron funcionarios de la iglesia.
Moon murió en un hospital perteneciente a la iglesia en Gapyeong, al noreste de Seúl, dos semanas después de ser hospitalizado con neumonía, según Ahn Ho-Yeul, portavoz de la Iglesia de la Unificación.
El reverendo, nacido en un pueblo que se encuentra actualmente en Corea del Norte, fundó su movimiento religioso en Seúl en 1954 después de sobrevivir a la guerra de Corea. Moon predicaba las enseñanzas de la Biblia, pero dándoles nuevas interpretaciones.
La iglesia se hizo famosa y ganó notoriedad en los años setenta y ochenta por la celebración de bodas en masa de miles de seguidores, a menudo de diferentes países, los cuales congregaba en un intento por construir un mundo religioso multicultural.
La iglesia fue acusada de usar tácticas engañosas de reclutamiento y recolección de dinero, a tal punto que los padres de los seguidores en los Estados Unidos y otros países expresaron su preocupación ante el 'lavado de cerebro' de sus hijos para unirse al movimiento. La iglesia respondió diciendo que muchos otros movimientos religiosos enfrentaron acusaciones similares en sus primeras etapas.
El reverendo, nacido en un pueblo que se encuentra actualmente en Corea del Norte, fundó su movimiento religioso en Seúl en 1954 después de sobrevivir a la guerra de Corea. Moon predicaba las enseñanzas de la Biblia, pero dándoles nuevas interpretaciones.
La iglesia se hizo famosa y ganó notoriedad en los años setenta y ochenta por la celebración de bodas en masa de miles de seguidores, a menudo de diferentes países, los cuales congregaba en un intento por construir un mundo religioso multicultural.
La iglesia fue acusada de usar tácticas engañosas de reclutamiento y recolección de dinero, a tal punto que los padres de los seguidores en los Estados Unidos y otros países expresaron su preocupación ante el 'lavado de cerebro' de sus hijos para unirse al movimiento. La iglesia respondió diciendo que muchos otros movimientos religiosos enfrentaron acusaciones similares en sus primeras etapas.
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