La crisis en Jerez de la Frontera: de ciudad del vino a ciudad 'de resaca'

En busca de salidas, el Gobierno ha recurrido a fuertes ajustes  ha despedido a 260 trabajadores municipales, bajó el salario de su personal un 11,5%, redujo el 20% el gasto corriente, el 25% a las concesionarias que prestan servicios públicos y el 40% en el coste de la corporación municipal.  Estas medidas provocaron una huelga  e trabajadores de los servicios de basura que duró 21 días. Durante tres semanas se acumuló en las calles de esta ciudad en la provincia de Cádiz, lo que llevó a los ciudadanos a quemar la basura en los contenedores hasta que el Gobierno de la ciudad llegó a un acuerdo con los basureros.

A la crisis le acompaña el declive del orgullo de la ciudad: sus bodegas. Ahora solo 1.000 personas trabajan en ellas, mientras en sus mejores tiempos daba empleo a 22.000 personas. "En parte dimos prioridad al turismo y la construcción", dice Francisco Domouso, director de la rama regional de la organización de caridad Cáritas. Según Domouso, el sector público fue el motor económico "antes de que paramos de financiarlo".

"La situación es muy alarmante porque estamos ahora en el epicentro de una crisis enorme", señala el director regional de Cáritas, cuya organización asignó dos millones de euros para ayuda social el año pasado, sobre todo para comida.
  "Podemos acabar con esto", afirma Domouso. "Necesitamos volver a descubrir nuestro orgullo como ciudad y necesitamos que los políticos lleguen a un acuerdo: necesitamos un pacto social".