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Las FARC y el Gobierno colombiano aplazan el inicio del diálogo de paz
El ministro del Interior colombiano, Fernando Carrillo, declaró que aún no está listo el dispositivo para que la sociedad civil esté representada en las negociaciones de paz entre el Ejecutivo y las FARC en La Habana.
Por esta razón, el inicio formal del diálogo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC en La Habana se aplazó hasta el lunes que viene. En los días previos a esa fecha, los representantes de ambas delegaciones reflexionarán sobre cómo incluir a la población en este proceso.
Según está previsto, las negociaciones comenzarán con la discusión sobre el problema del reparto de la tierra en Colombia. Entre otros temas se abordarán también el desarrollo social, la proliferación del narcotráfico y el abandono de la lucha armada por parte de las FARC. Ambas partes se sentarán a dialogar sin haber pactado antes un alto el fuego.
La agenda se acordó como resultado de las reuniones exploratorias secretas que mantuvieron durante medio año en La Habana representantes del Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, seguidas por la apertura formal del diálogo de paz en Oslo.
El equipo negociador de la guerrilla ya se encuentra en La Habana, que se ha convertido en la sede permanente de estas conversaciones para la búsqueda de una solución al conflicto.
El proceso es apoyado por varios países y los mismos participantes se muestran bastante optimistas frente a esta nueva ronda de negociaciones. No obstante, estas decisiones de la actual administración del país han sido duramente criticadas por el ex presidente colombiano Álvaro Uribe.
En particular, en una reciente entrevista concedida a una emisora de radio, calificó de “increíble” la intención de Santos de combatir el narcotráfico junto con las FARC. Detrás de esta retórica se esconde, según apuntan varios analistas políticos, el deseo de dificultar el restablecimiento de la paz en el país.
Según está previsto, las negociaciones comenzarán con la discusión sobre el problema del reparto de la tierra en Colombia. Entre otros temas se abordarán también el desarrollo social, la proliferación del narcotráfico y el abandono de la lucha armada por parte de las FARC. Ambas partes se sentarán a dialogar sin haber pactado antes un alto el fuego.
La agenda se acordó como resultado de las reuniones exploratorias secretas que mantuvieron durante medio año en La Habana representantes del Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, seguidas por la apertura formal del diálogo de paz en Oslo.
El equipo negociador de la guerrilla ya se encuentra en La Habana, que se ha convertido en la sede permanente de estas conversaciones para la búsqueda de una solución al conflicto.
El proceso es apoyado por varios países y los mismos participantes se muestran bastante optimistas frente a esta nueva ronda de negociaciones. No obstante, estas decisiones de la actual administración del país han sido duramente criticadas por el ex presidente colombiano Álvaro Uribe.
En particular, en una reciente entrevista concedida a una emisora de radio, calificó de “increíble” la intención de Santos de combatir el narcotráfico junto con las FARC. Detrás de esta retórica se esconde, según apuntan varios analistas políticos, el deseo de dificultar el restablecimiento de la paz en el país.
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