Sociedad
Policías de EE.UU. gasearon los genitales de una mujer en un cacheo al desnudo
La Policía del estado de Nuevo México, en EE.UU., vuelve a estar en el punto de mira. La Unión Americana de Libertades Civiles presentó una demanda contra una agente que roció con gas a una detenida durante un cacheo al desnudo.
La estadounidense Marlene Tapia fue torturada por agentes de Policía de Nuevo México mientras, estando desnuda, dos funcionarias de prisiones la sometían a un cacheo en un centro de detención. Las policías observaron que de la vagina de Tapia salía una bolsa de plástico y, en lugar de pedirle que se la extrajera, una de las oficiales, Blanca Zapatar, gaseó los genitales de la mujer en dos ocasiones.
La demanda alega que esta actuación no solo constituye un caso de mala conducta por parte de la agente, sino que también una violación del procedimiento estándar, que dicta que si un policía observa que un detenido esconde un objeto en un orificio de su cuerpo debe llevarlo a un consultorio médico para que reciba tratamiento.
Tapia dijo que el gas le causó "dolores intensos durante varias semanas: irritación, genitales hinchados y dolor al orinar". La demanda alega que no había ninguna razón para utilizar el gas excepto "castigar" a Tapia.
Esta no es la primera vez que la Policía del estado de Nuevo México es acusada de violar los derechos de las personas sospechosas de transportar drogas.
A principios de este mes al menos dos personas fueron detenidas por la Policía bajo sospecha de esconder droga dentro del cuerpo y fueron obligadas a someterse en contra de su voluntad a procedimientos vejatorios como exámenes rectales con los dedos, enemas, radioscopias y colonoscopias.
En ninguno de los dos casos se les encontraron drogas a los detenidos, que han presentado sendas demandas en contra de los funcionarios y de los médicos involucrados en los cacheos.
La demanda alega que esta actuación no solo constituye un caso de mala conducta por parte de la agente, sino que también una violación del procedimiento estándar, que dicta que si un policía observa que un detenido esconde un objeto en un orificio de su cuerpo debe llevarlo a un consultorio médico para que reciba tratamiento.
Tapia dijo que el gas le causó "dolores intensos durante varias semanas: irritación, genitales hinchados y dolor al orinar". La demanda alega que no había ninguna razón para utilizar el gas excepto "castigar" a Tapia.
Esta no es la primera vez que la Policía del estado de Nuevo México es acusada de violar los derechos de las personas sospechosas de transportar drogas.
A principios de este mes al menos dos personas fueron detenidas por la Policía bajo sospecha de esconder droga dentro del cuerpo y fueron obligadas a someterse en contra de su voluntad a procedimientos vejatorios como exámenes rectales con los dedos, enemas, radioscopias y colonoscopias.
En ninguno de los dos casos se les encontraron drogas a los detenidos, que han presentado sendas demandas en contra de los funcionarios y de los médicos involucrados en los cacheos.
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