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Un sacerdote encabeza una protesta contra el cártel del narcotráfico en Michoacán
Unas 500 personas se movilizaron en Apatzingán, en Michoacán (México), bastión del cartel de Los Caballeros Templarios, convocados por un cura mexicano ya conocido por su valiente postura contra el crimen organizado.
La protesta se desarrolló frente a la presidencia municipal, quemada la semana pasada, donde el sacerdote Gregorio López Jerónimo
exhortó a los templarios a abandonar la ciudad.
"Ya no queremos al demonio en nuestras calles. Por eso vamos a denunciarlos, para que vayan a la cárcel", expresó al tiempo que pidió a los vecinos que tengan confianza en las autoridades federales, que han tomado la seguridad de la ciudad.
"Huyan templarios, no los queremos aquí", exclamó el sacerdote, quien por sus duras declaraciones ha sido amenazado varias veces de muerte por el crimen organizado.
Vestido con chaleco antibalas, el cura prometió esta semana "besar los pies a Peña Nieto si agarran a los líderes Templarios".
Ante la incapacidad de acabar con los cárteles, el año pasado se multiplicaron los llamados grupos de autodefensa, principalmente en las zonas rurales de México, cuyo único objetivo es, de acuerdo con sus proclamaciones, "extirpar el crimen organizado ante la indiferencia del Gobierno y las fuerzas de seguridad". De momento, han prometido no actuar a la espera de resultados de las operaciones de las fuerzas federales, pero no van a dejar las armas.
"Ya no queremos al demonio en nuestras calles. Por eso vamos a denunciarlos, para que vayan a la cárcel", expresó al tiempo que pidió a los vecinos que tengan confianza en las autoridades federales, que han tomado la seguridad de la ciudad.
"Huyan templarios, no los queremos aquí", exclamó el sacerdote, quien por sus duras declaraciones ha sido amenazado varias veces de muerte por el crimen organizado.
Vestido con chaleco antibalas, el cura prometió esta semana "besar los pies a Peña Nieto si agarran a los líderes Templarios".
Ante la incapacidad de acabar con los cárteles, el año pasado se multiplicaron los llamados grupos de autodefensa, principalmente en las zonas rurales de México, cuyo único objetivo es, de acuerdo con sus proclamaciones, "extirpar el crimen organizado ante la indiferencia del Gobierno y las fuerzas de seguridad". De momento, han prometido no actuar a la espera de resultados de las operaciones de las fuerzas federales, pero no van a dejar las armas.
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