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Nunca es tarde para aprender: universidades para la tercera edad

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En todas las épocas y en todos los países del mundo hubo jóvenes que solían quejarse de que sus padres intentaban imponerles un control absoluto y demandaban saber a cada minuto dónde estaban y qué es lo que estaban haciendo.

En todas las épocas y en todos los países del mundo hubo jóvenes que solían quejarse de que sus padres intentaban imponerles un control absoluto y demandaban saber a cada minuto dónde estaban y qué es lo que estaban haciendo.

El mundo actual da a los padres preocupados muchas más posibilidades para ejercer ese control, especialmente a través de los teléfonos móviles y otras herramientas tecnológicas.

En la ciudad palestina de Qalqilya, Cisjordania, una mujer de 57 años, pòdría ejercer esa vigilancia sobre sus nietos sin necesidad de ningún aparato, ya que pasa con ellos el día en la universidad. Sorprendentemente, ellos no se quejan, y apoyan su iniciativa.

A su edad, Um Imad, además de ser madre y abuela, trabaja en el Ministerio de Comunicación Social y recibe la educación superior al lado de sus sobrinos y nietos en la especialidad del desarrollo social, en la universidad de la ciudad.

Sus profesores comentan que aunque tienen más estudiantes de edad avanzada, ella es la única que estudia junto con los miembros jóvenes de su familia. Subrayan que le dan el mismo trato que al resto de los alumnos, aunque, en ciertos casos, le otorgan algunos privilegios concretos: teniendo en cuenta su edad, por ejemplo, le permiten asistir sólo a las aulas que se encuentran en la planta baja, para que no se agote demasiado al subir por las escaleras.

La misma mujer comenta que, al graduarse de la escuela secundaria a los 50 años, decidió acceder a la universidad para hacer realidad su sueño de siempre: recibir una educación superior.

Actualmente, programas de educación superior para adultos y, entre ellos, para ancianos, siguen impartiéndose en varios países del mundo. En primer lugar, se emplea la educación a distancia a través de los recursos por Internet. Pero cuando se trata de personas de una edad avanzada, en muchos casos les supone un trabajo suplementario cuando se ven obligados a aprender también el manejo de las nuevas tecnologías.

Así que muchas personas prefieren acudir a las clases universitarias personalmente: al estar jubilados tienen más tiempo libre y ya no están tan ocupados con faenas de casa. Además, una parte de los estudios muy importante para ellos es poder conocer y comunicarse con más gente.

Por ejemplo, en Alemania, según las estadísticas oficiales, en los últimos diez años el número de estudiantes ancianos en las universidades aumentó en un 22 %, llegando a un total de más de 20.000 personas. Y casi la mitad de ellas tiene más de 60 años de edad. En su mayoría son alumnos libres. Para atender a las clases tienen que pagar entre unos 80 y 100 euros una vez por trimestre, que es una suma bastante símbólica para un jubilado europeo. En Alemania son más populares las letras: Filosofía, Historia del Arte, Teología y otras carreras de humanidades están entre las más populares.

Además, muchas universidades del mundo organizan grupos especiales para la gente de edad avanzada, con un programa distinto del habitual.

En Rusia la situación es un poco distinta: los abuelos suelen estar muy ocupados con sus nietos, por eso no hay tantos que accedan a la universidad a una edad avanzada. Sin embargo, los hay que ingresan a través de un concurso general y atienden a las clases junto con sus compañeros jóvenes, siguiendo el mismo programa estándar.

Los casos en los que una universidad ofrece una serie especial de matrículas para los grupos de ancianos son poco frecuentes.

Una de las excepciones más famosa es el Instituto de Ancianos en Blagovéshchensk, una ciudad fronteriza con China. Se fundó en 2008 gracias a una donación municipal y ofrece carreras de lenguas extranjeras, psicología, 'culturología' (una especie de humanidades) e historia de las Bellas Artes. Desde 2009 también se imparten cursillos sobre el manejo de ordenadores y de Internet. La edad media de los estudiantes es de 63 años.

En enero de 2010 en su facultad de lenguas extranjeras se inauguró el departamento de idioma chino. El programa del primer curso, a parte de las 108 horas reservadas para las clases de chino, tiene previstas otras materias habituales de la especialidad como cultura, literatura o historia de China. La educación es gratuita: la cátedra está compuesta por voluntarios del fondo chino de Pekín de difusión de la lengua china y por profesores de la Universidad Pedagógica de la ciudad.

El 5 de febrero de 2010 se inauguraron los departamentos de Informática y de  Valeología (una rama de la medicina aplicada por los médicos rusos que la definen como una ciencia sobre la salud y el ser humano sano, en contraste con la medicina tradicional, cuyo objeto es la enfermedad y la persona enferma) en la Universidad Socilológica y de Letras para la Tercera Edad patrocinada por la Universidad Estatal del Petróleo y Gases Naturales de Tiumén, en Siberia Occidental.El programa corto, de dos meses, empezará el lunes 8 de febrero. Se realizará en el marco del proyecto de desarrollo social, así que las clases serán gratuitas. Por el momento, los dos departamentos cuentan con unos 60 estudiantes, el mayor de los cuales tiene 80 años de edad, según el rector de la Universidad.

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