La historia de la Cleopatra que ruge

Sólo quedan 20 o 30 ejemplares de su especie en libertad y diariamente enfrentan una dura lucha por sobrevivir.  Pero una hermosa hembra leopardo, que fue criada como mascota en la casa de  una familia rusa, tendrá de nuevo la oportunidad de regresar a su verdadera casa.

Cleopatra escucha el ruido de las máquinas quitanieve desde su jaula, en el patio de los Bobyshev. Esta leopardo de 6 años lleva toda su  vida acostumbrada al desarraigo y, aunque todavía no lo sabe, el destino vuelve a retarla.

Sus dueños son una de las 400 familias acusadas de haber construido sus casas ilegalmente en una reserva natural junto al río Moscú y ahora la demolición de las mismas, ordenada por las autoridades capitalinas, es para ella una amenaza peor que la que representaría cualquier cazador.

“Nadie quería quedarse con el animal. Todas las organizaciones en su momento dieron la espalda. Entonces dije: bueno, si ustedes no la necesitan, me la llevo. Yo amo a los animales, tengo un montón de gatos”, manifestó el dueño de Cleopatra, Serguéi Bobyshev.

Según él, la leopardo fue primero traída a Moscú como un regalo, pero luego fue abandonada por sus dueños en un bosque donde cazadores deportivos le dispararon varias veces. A pesar de eso, el animal sobrevivió y fue encontrado herido por esta familia que se encargó de curarla. Este sería un final feliz para ella, pero todo se complica pues Cleopatra es un ejemplar de leopardo de oriente, una especie en peligro de extinción que los especialistas consideran fundamental que sea devuelta cuanto antes a una reserva natural.

“Según la información oficial que tenemos ella fue el regalo de un hombre que trabajaba en el servicio de aduanas del lejano oriente. Nosotros prometimos no iniciar acciones legales contra Bobyshev, acusándolo de tener como mascota a una especie en extinción, siempre y cuando entregue al animal”, destacó por  teléfono Rinat Guizatulin, miembro del Departamento de Conservación del Medio Ambiente.

Las autoridades creen que esta es la oportunidad perfecta para que Cleopatra vuelva a su hábitat, ya que la casa de los Bobyshev será demolida. Pero para esta familia no sólo se trata de dejar ir a un animal que vieron crecer desde cachorro, sino que están convencidos de que no podrá sobrevivir en estado salvaje.

“Cuando nos fuimos de vacaciones y la dejamos con nuestros amigos se negó a comer durante toda una semana. No probó nada y quedó en piel y huesos. Sólo volvió a comer cuando regresamos a casa, siempre ha sido así”, recuerda Serguéi Bobyshev.

Y es que, aunque se trate de pensar en lo mejor para Cleopatra, cuando se involucran los sentimientos es difícil ver con claridad. Si los separan, el pequeño Phillipe de 2 años extrañará a su gran amiga y seguramente ella también extrañará la música interpretada por el pequeño. Mientras tanto, los padres intentan rescatar el hogar de ambos.

Sin ningún tipo de entrenamiento especial con animales salvajes, este hombre logró un vínculo realmente profundo con la leopardo que lo reconoce como su propio amo. Serguéi asegura que no tuvo que brindarle ningún tipo de cuidado especial porque Cleopatra se crío casi como un gato doméstico más. Aunque los veterinarios aseguran que esta especie necesita de un control permanente fuera de su hábitat natural, lo cierto es que para Cleopatra éste es su hogar desde hace seis años.

Según la última información recibida, el destino de Cleopatra está sellado. La tarde del viernes será enviada a Sochi, en el sur de Rusia, donde podrá disfrutar de la vida en una reserva natural.