Las autoridades de Guyana llegaron a un acuerdo con el sector minero
El sector minero guyanés finalmente ha aceptado las condiciones impuestas por el Gobierno en el marco de su campaña en busca de donaciones internacionales, para la protección del medio ambiente, según comunica AP. La puesta en marcha del plan de atracción de fondos externos llevó a las autoridades a aumentar las regulaciones a las industrias como la minería de oro y diamantes, así como al sector maderero, principales fuentes de divisas del país.
Los mineros interrumpieron el trabajo como protesta a la nueva regulación que introducía un período de espera de 6 meses para que fuesen aprobados los permisos de extracción. Las autoridades que aspiraban a preservar los bosques amazónicos de la región, propusieron ese plazo para conceder a las compañías de la industria maderera el derecho de “recoger la cosecha”, -los árboles de valor comercial-, que en otro caso serían derribados y simplemente abandonados por los mineros que no tienen ningún interés en comerciar la madera de los árboles que talan.
Las buenas intenciones del plan de protección de la selva provocaron considerables protestas. Así, como acción concreta, el 1 de este mes casi 4.000 mineros bloquearon el ingreso y salida del norteño pueblo de Bartica, pese a la delegación ministerial enviada para detener la protesta. Dichas quejas han dado resultados positivos ya que los extractores de oro y diamantes consiguieron acceso a unas 3 hectáreas de tierra todavía intacta e inexplorada, antes de que empiece la explotación de los yacimientos a gran escala.
El presidente del país caribeño Bharrat Jagdeo anunció que si los árboles no se extraían en el período de 6 meses, los mineros tendrían plena autorización para comenzar su trabajo. Mientras tanto el organizador de la protestas Fred McWilfred, quien anteriormente comparaba esa demora de medio año con “una sentencia de muerte” para la actividad de las pequeñas y medianas empresas en el sector minero, expresó su plena satisfacción por el compromiso.
Se estima que en Guyana hay unos 25.000 mineros, un tercio de ellos procedentes del vecino Brasil. En ausencia de grandes corporaciones mineras, el año pasado los pequeños trabajadores locales y brasileños vendieron una cifra récord de 305.000 onzas troy, a unos 1.000 dólares la unidad, a la agencia de compras del Estado, convirtiendo de ese modo a la minería en el segundo sector que más divisas aporta al país, detrás del azúcar.