La policía rusa ha rescatado a un grupo de niños esclavos de Kirguistán
La policía rusa ha rescatado a un grupo de niños de Kirguistán que trabajaban como esclavos en una fábrica de textiles situada a 46 kilómetros de Moscú.
Un grupo de niños kirguises de edad escolar vivió encerrado en un taller durante varios meses trabajando como esclavos en una fábrica de textiles. Al entrar en ese local, los policías encontraron a 15 menores de edad que estaban siendo forzados a trabajar allí de sol a sol sin ninguna remuneración.
“Los niños eran buscados entre familias kirguisas con pocos recursos y bajo nivel de educación”, explica Anastasía Lókteva, empleada del servicio de investigaciones del Ministerio del Interior ruso. “Algunas personas aceptaban entregar sus hijos para trabajar en Rusia. A los padres les prometían que los niños tendrían los fines de semana libres, podrían comunicarse con la familia y se les pagaría un sueldo decente”, dice la empleada.
Atraídos por la perspectiva de recibir dinero, los padres firmaban un permiso para que sus hijos pudieran cruzar la frontera con Rusia. Aunque en lugar de lo prometido, a los menores los encerraban en un recinto más parecido a un cuartel y les hacían trabajar allí durante 12 horas por día. La edad de los prisioneros variaba entre los 11 y los 17 años. Uno de los niños más mayores relata que antes de ser trasladado a esta fábrica ha trabajado en otras ciudades rusas.
Los niños tenían prohibido salir a la calle y en caso de desobediencia se les pegaba cruelmente. Lo mismo sucedía si no conseguían cumplir con el plan de producción establecido por los dirigentes de la banda. Uno de los niños encontrados en el taller ilegal presentaba moretones y otros rastros de golpes. Les daban de comer dos veces por día, y toda la comida consistía en pan y mayonesa. Y cuando hablaban por teléfono con sus padres, les hacían decir que todo estaba bien y que las condiciones del contrato se cumplían.
“Muchos países de la antigua Unión Soviética están sufriendo graves problemas económicos. El desempleo y un nivel de vida dramáticamente bajo hace que los padres incluso entreguen sus propios hijos para los trabajos más duros”, dice Alexander Brod, defensor de derechos humanos ruso. “Según nuestras estimaciones, al menos dos mil niños son sometidos como esclavos en varias regiones de Rusia”, lamenta Brod.
Mientras tanto, los niños han sido trasladados al hospital. Después de pasar semanas sin comida están extenuados. Luego el Servicio Federal de Inmigración ruso decidirá el futuro de los menores. En cuanto a los dirigentes de la fábrica ilegal, les espera la cárcel.