La tecnología GPS pretende salvar las vidas de los indocumentados
Un nuevo programa para teléfonos móviles basado sobre la tecnología GPS e información suministrada por satélites, permitirá a los indocumentados que cruzan el desierto de Arizona encontrar agua, tanto en fuentes naturales como en los depósitos que colocan los grupos de ayuda a los inmigrantes.
Al término del último año fiscal, que finalizó el 30 de septiembre de 2009, se contabilizaron las muertes de 417 inmigrantes sin papeles, a lo largo de la frontera entre los Estados Unidos y México, de las cuales 208 se registraron en el estado de Arizona.
Los creadores del programa planean distribuir entre los indocumentados unos 250 teléfonos a mediados de junio de este año y otros 150 en agosto coincidiendo con el verano, el peor periodo del año para atravesar el desierto que separa los dos países, dijo a la agencía española EFE, el profesor de la Universidad de California en San Diego (UCSD) y responsable del proyecto, Ricardo Domínguez.
"Vamos a repartirlos gratis a través de ONG's, iglesias y comunidades de confianza en la parte mexicana de la frontera", subrayó Domínguez.
A su vez, entre las autoridades estadounidenses de inmigración y algunos grupos conservadores, el proyecto es visto con recelo, pues podría considerarse una ayuda a la inmigración ilegal y, por lo tanto, un delito.
"Si no es un crimen, está muy cerca de ser un crimen", opina Peter Nuñez, ex fiscal de San Diego, California, en relación a la distibución de los terminales.
"Nos damos cuenta de que estamos quebrando una mala ley por la prioridad de los derechos humanos", dice con plena conciencia de que se trata de un delito desde el punto de vista oficial. "No estamos intentando resolver los problemas políticos de la frontera tanto en México como en Estados Unidos, pero sentimos que las vidas humanas deben estar por encima de litígios burocráticos".
Según los cálculos de las ONG de apoyo de los inmigrantes, en el transcurso de la última década se han perdido en la zona limítrofe entre alrededor de 5.000 vidas en ríos, desiertos y espacios confinados.