Las factorías mortales de Palestina
Los habitantes del pueblo palestino de Tulkaram están enfrentados con un problema vital que no tiene solución alguna. Las plantas situadas en la región les dan el empleo tan necesario para sobrevivir, pero al mismo tiempo les arrebatan la salud.
Se trata de un total de ocho fábricas que producen fibras químicas, vidrio, pinturas y materiales para la construcción y funcionan 24 horas al día. El aire a su alrededor está lleno de polvo y humo que dificultan la respiración.
Los granjeros autóctonos se quejan de estar forzados a abandonar sus casas y sus terrenos. Uno de los minifundistas antiguos del pueblo comentó que en los años ochenta, cuando las plantas empezaron a funcionar, dejaron verter productos químicos a su huerto frutal que murió en unos tres días. Desde entonces no pudo plantar nada en la parte oriental de su terreno.
Desgraciadamente, desde aquellos tiempos, la situación no ha cambiado mucho, a pesar de todas las medidas de seguridad tomadas para prevenir la contaminación del ambiente.
Una reciente explosión en una de las plantas causó unas nubes densas que se concentraron sobre Tulkaram, dañando severamente la piel de los que se encontraban debajo. Uno de los habitantes de la localidad cuenta que una enorme nube de humo pasó por su casa, lo que provocó una verdadera crísis de uno de sus hijos: quedó tan débil que tuvieron que llevarle al hospital. Debido a los humos cancerígenos que aspira todos los días, este niño de nueve años padece de asma y no siempre puede respirar independientemente, sin una mascarilla de oxígeno. Sus ocho hermanos tampoco se sienten bien.
Uno de los ex obreros de una de las "fábricas mortales" que había trabajado allí durante más de 10 años comentó que siempre habían usado mascarillas y al final de la jornada laboral les daban una botella de leche. Sin embargo, esas medidas no habían ayudado mucho por estar el aire contaminado en los pulmones. La compañía de seguros insistía en hacer pruebas médicas cada año, pero negó conocer oficialmente ningún caso de enfermedad entre los trabajadores que pueda relacionarse con las labores que desempeñan.
Sin embargo, la región está plagada por asma, todo tipo de alergias, irritaciones de ojos y enfermedades cutáneas. Las pruebas médicas demuestran que en Tulkaram hay más casos de cáncer que en otras localidades de Cisjordania.
Mientras tanto, las autoridades israelíes afirman que los Ministerios de Salud y de Medio Ambiente de Israel, junto con los hombres de negocios locales que han dirigido las plantas durante los últimos nueve años, están vigilando el nivel de polución del aire y toman todas las medidas posibles para reducir la contaminación, tanto para el bienestar de los israelíes, como para el de los palestinos.