Pasajero eslovaco lleva explosivos a Irlanda en su maleta sin saberlo

El Gobierno de Eslovaquia se disculpó ante las autoridades de Irlanda por haber colocado, sin su conocimiento, explosivos en la maleta de un pasajero que viajaba en avión a Dublín. El acto fue parte de una prueba de seguridad de los servicios del aeropuerto eslovaco, diseñada para detectar sustancias explosivas.

Sin embargo, los policías con perros rastreadores detectaron sólo 7 de las ocho maletas con menos de 100 gramos de hexógeno (RDX), sustancia que fue puesta en los equipajes de personas escogidas al azar. El último pasajero con una maleta no detectada pasó los controles y voló tranquilamente a su destino en Dublín, Irlanda, donde siguió sin conocer de la carga peligrosa que le hicieron llevar hasta que fuera detenido por los policías locales. Tras varias horas de interrogatorios el eslovaco que vive en Irlanda ya hace unos años, de 49 años, fue puesto en libertad sin cargos.

El Ministro del Interior eslovaco llamó por teléfono a su homólogo irlandés para disculparse por el “lamentable incidente”. También aseguró que el fallo se produjo por culpa personal de uno de los policías que inspeccionaban los equipajes en el aeropuerto, por lo que se le aplicarán “medidas disciplinarias”.

Según la versión irlandesa, la cantidad de la sustancia explosiva que se metió dentro de las maletas en los marcos de la prueba fue suficiente para hacer volar el avión. Sin embargo, el ministerio eslovaco niega tal posibilidad, ateniéndose a que no hubo peligro para los pasajeros ya que al explosivo le faltaban componentes para detonarlo.

Al mismo tiempo, Bratislava decidió dejar de aplicar las pruebas de este tipo en los vuelos a pesar de que actualmente es una práctica internacional.

El RDX es un explosivo de nitroamina utilizado en aplicaciones militares e industriales y es considerado como uno de los más potentes del mercado. Se utiliza a menudo en atentados terroristas y también como compuesto en armas nucleares.