Italia azotada por revueltas de inmigrantes
En el sur de Italia, en la ciudad de Rosarno, región de Calabria, varias centenas de temporeros protagonizaron una serie de disturbios en las calles.
Las revueltas empezaron después de que un grupo de jóvenes italianos atacara el jueves pasado a inmigrantes de procedencia africana que regresaban de su labor en el campo, hiriendo a dos de ellos con municiones de rifles de aire comprimido.
El ataque desató una ola de disturbios por parte de inmigrantes que protestaron contra los abusos de carácter racial, prendiendo fuego a coches y contenedores de basura y rompiendo los escaparates de tiendas. Además, cortaron el tráfico de una de las autopistas locales y se enfrentaron con la policía. En total más de 30 personas resultaron heridas, entre ellas 14 inmigrantes y 18 policías.
El viernes por la mañana las revueltas desembocaron en una reunión de casi 2 000 inmigrantes que se conglomeraron frente al edificio de la alcaldía de Rosarno. Algunos de los manifestantes gritaron "No somos animales" y llevaban pancartas en las que se leía "Los italianos de aquí son racistas".
Unos 8 000 inmigrantes ilegales trabajan en la región de Calabria, la mayoría como jornaleros que recogen frutas y verduras. Muchos viven en fábricas abandonadas sin agua corriente o electricidad y los grupos de derechos humanos dicen que son explotados por el crimen organizado.
La población local se muestra disgustada por las manifestaciones, especialmente aquellos italianos que se ocupan de ayudar a los trabajadores ilegales con ropa o comida. Exigen del Gobierno tomar medidas apropiadas para proteger a los residentes locales y expulsar a los ilegales de la región.
El Ministro del Interior, Roberto Maroni, creó un grupo de trabajo para evaluar cuál fue la causa de la violencia. También dijo que una de las razones de ésta era que la inmigración ilegal se había "tolerado todos esos años", con lo que fue duramente criticado por la oposición izquierdista. Los líderes opositores consideran que las raíces del problema están en la explotación y violación de los derechos humanos de los inmigrantes, echando la culpa por ello a las políticas del Gobierno.