Un padre argentino se encuentra por primera vez con su hijo de 32 años
La búsqueda finalmente ha terminado para el hombre cuya mujer embarazada de cuatro meses fue secuestrada por los servicios especiales del ejército de Argentina hace más de 30 años. Abel Pedro Madariaga pudo encontrarse con su hijo Francisco después de muchos años de búsqueda.
Abel Pedro Madariaga dice que nunca se ha resignado tratando de conocer qué le pasó a su esposa y su hijo. Su mujer, Silvia Mónica Quintela, fue secuestrada el 17 de enero de 1977 cerca de Buenos Aires y fue recluida en el Campo de Mayo, una guarnición militar situada cerca de la capital argentina donde funcionó un centro clandestino de detención durante la dictadura militar (1976-1983), y donde nació Francisco.
Abel y Silvia eran militantes de la desaparecida organización guerrillera Montoneros. Abel logró escapar de la represión y se exilió en Suecia y más tarde en México. Regresó a su patria en 1983 y se incorporó a la organización Abuelas de Plaza de Mayo para encontrar a su hijo.
El hijo de Madariaga también tenía dudas sobre su identidad. Fue criado en una familia de militares y su padre adoptivo Víctor Gallo, que fue oficial del ejército durante la dictadura, abusó de él, según confiesa el joven.
Francisco, que hasta ahora se llamaba Alejandro Gallo, llegó a la sede de la organización de derechos humanos a principios de febrero porque su madre adoptiva le confesó recientemente que lo habían traído del Campo de Mayo con unos días de vida, por lo cual podría ser hijo de desaparecidos.
Al joven le hicieron una prueba de ADN que reveló que su padre era Abel Madariaga, secretario actual de las Abuelas de Mayo.
Unos 3.300 jóvenes argentinos acudieron a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad por iniciativa de las Abuelas para investigar su procedencia, ya que se calcula que al menos unos 500 bebés fueron robados a sus padres durante la dictadura militar.