Los estadounidenses siguen luchando contra los prejuicios raciales
Los estadounidenses todavía se enfrentan con los prejuicios raciales. En ciertos estados del país se niegan a registrar los matrimonios de las parejas interraciales.
En este sentido, se dio un caso escandaloso en el estado de Louisiana hace unos meses, cuando el juez de paz Keith Bardwell negó el certificado de matrimonio del afroamericano Terence McKay con una mujer blanca, Beth Humphrey, argumentando que se preocupaba por el futuro de esta pareja. Los novios ofendidos formalizaron su enlace con la ayuda de otro juez y entablaron una demanda contra Bardwell. Al final el funcionario presentó su dimisión, rechazando pedir perdón ante nadie y declarando que haría lo mismo en una situación similar.
Según Bardwell, la mayoría de este tipo de matrimonios terminan en divorcio y es amoral registrarlos. Además, insistió que pensaba en el futuro de los hijos de ese matrimonio interracial que no serían aceptados por ninguna de las dos razas.
Su posición provocó fuertes discusiones en la sociedad norteamericana y mucha gente admitió que el funcionario podía tener razón. En particular, indicaron que las condiciones de estos niños son un problema verdadero: la comunidad no les admite porque "los blancos creen que no encajan en su entorno y los negros piensan que son demasiado arrogantes". Por su parte, los protagonistas del escándalo, los Mckay, saben a lo que tendrán que enfrentarse criando a un hijo fruto del mestizaje en Louisiana. "Cualquier niño no blanco en Estados Unidos tendrá problemas mientras que la gente siga inculcando a sus hijos el racismo. De entrada, ningún niño es racista sino que le enseñan a serlo", según Beth Mckay.
Los matrimonios interraciales empezaron a darse de forma masiva en EE. UU. en 1967, cuando la Corte Superior de Justicia (Supreme Court) reconoció las leyes que prohibían estos casamientos como anticonstitucionales. En aquel momento estos matrimonios se consideraban ilegales en 16 de los 50 estados norteamericanos. Además, existía un tabú secreto en la sociedad contra estas acciones. Menos del 1% de los matrimonios fue contraído por parejas interraciales en 1970. Sin embargo, tras 35 años, en 2005, el 7% de los 59 millones de matrimonios que vivían en EE. UU. eran interraciales.
Según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud estadounidense (National Center for Health Statistics), las familias mixtas se dividen más frecuentemente que las de la misma raza. El riesgo de divorcio para esos matrimonios es del 41%, mientras que para la pareja de una misma raza es del 31%.