Picasso puede conmover a los rusos como hace 50 años

Se inaugura la exposición de las obras de Picasso más grande de las últimas décadas en Moscú. Los recuerdos sobre el choque que provocaron sus obras maestras a los soviéticos hace 50 años, acompañan los artículos de arte en los periódicos rusos.

Obras maestras abundan el Museo Estatal de Bellas Artes A.Pushkin, el cual se convierte en la sede del Museo Nacional de Picasso en París para tres unos tres meses, del 26 de marzo hasta el 23 de mayo de 2010. Como el último está bajo los trabajos de reconstrucción, su exposición viaja por todo el mundo y, tras España y Finlandia, llegó a Moscú.

Hay de todo: del período azul hasta rojo y neoclásico, de esbozos a cerámica y escultura, además de fotografías y libros ilustrados. En general, 240 objetos. Bien sea la famosa ‘Acróbata e giovane equilibrista’, la conmovedora ‘El retrato de Dora Maar’ o ‘Beso’, cada uno encontrará a su gusto.

"Es muy interesante, si la exposición de 2010 puede repitir el éxito de aquel tiempo. Antes de todo me preocupa como los jóvenes percibirán las obras de Picasso, con qué ojos la verán. Los jóvenes ahora son muy avanzados, atienden a las bienales y se orientan en el arte moderno, pero qué piensan sobre Picasso ésa es la pregunta", reflexiona Irina Antónova, la directora del Museo Estatal de Bellas Artes A.Pushkin en Moscú.

“Aquel tiempo” que recuerda Antónova es el año de 1956 cuando, por primera vez las obras del pintor malagueño llegaron a Moscú, provocando el choque social.

La mayoría de la gente lo único que sabían sobre Picasso fue que él era el autor de la ‘palomita de paz‘ y que casi todos los personalidades de la cultura soviética, que tenían posibilidad de salir del telón de acero, se entrevistaban con él. Muchos aficionados al arte tenían que velar durante la noche entera y hacer la cola, para tener la posibilidad de entrar aquella exposición.

Al entrar, la gente perdieron el habla al contemplar su obra y no había nadie que les explicara todo lo que estaban viendo. Entonces aparecieron las guías espontáneas con un amplio abanico de sus versiones. “Las interpretaciónes fueron diferentes y las ‘comían‘ a la vez porque nadie entendía nada de este arte”, cuenta una de los críticas rusas Kira Dolínina. Los especialistas, sigue ella, no gozaban de la lengua que explicara tal situación cuando el comunista y el hombre de la opinión progresiva pinta como no fuera él buena persona, “una buena persona no puede pintar así”, declaraba la ideología soviética dentro de las corazones de lagente. No podían explicar por qué a este “mamarracho” le consideraban un genio.

Esto fue el sentimiento agudo del gran evento, la inconmprensión casi total, tanto en el nivel cotidiano, como en el estatal. Por ejemplo, a los estudiantes de Leningrado (ahora San Petersburgo) les prohibieron discutir en el Hermitage sobre la exposición. Ellos decidieron hacerlo en la plaza de Artes. Para prevenir esta indecorosidad, se desarrolló una operación especial con los soldados quienes marchaban en la plaza. Se produjo una contienda que al final terminó ante los tribunales. El nombre de Picasso se convirtió en la palabra de apodo con que bautizaban, tratando de herir, a todo arte modernista.

En general en muchos libros que recuerdan este tiempo coinciden en una simple reflexión de que la exposición de Picasso fue la lección de la libertad absoluta. “Libertad, como el aire para el genio de Picasso, tan inaccesible para los pintores soviéticos”, añade Dolínina.

El mismo artista español nunca llegó a Moscú, aunque su “amistad” con Rusia pasó a través de sus retratos del famoso personaje teatral Serguéi Diágilev y el compositor Igor Stravinski, proyectos de las cortinas y decoraciones teatrales, rusa fue una de sus mujeres y uno de los premios. Este galardón fue aceptado por él para complacer al periodista ruso Ilia Erenburg quien creía que el hecho de la entrega de éste podría suavizar la presión sobre los vangardistas soviéticos. Pero Picasso no creía en todo esto, mostrando su actitud hacia esta idea, colgando el premio a la cremallera de los pantalones.

Mas tarde la colección del museo se enriquisió con las obras de Picasso y las exposiciónes de sus obras volvieron ciertas veces a las salas del Museo Estatal de Bellas Artes A.Pushkin, pero la muestra de tanta escala de 1956 volvió solo este año. Y ahora se hacen preguntas si plena panorámica de la creatividad de Picasso puede repitir el éxito de aquello año.

Para muchos verdaderos conocedores el hecho de tal exposición ya es el sueño cumplido. Para la misma jefa del Museo Nacional de Picasso en Paris, Anne Baldassari, esta exposición y el año “cruzado” en general es “el pretexto para reflexionar sobre nuestras culturas y posibilidades de su desarrollo”. “Después de la entrevista con el arte ruso la creatividad de Picasso se cambió mucho. Esto fue la evolución en la esfera del cubismo a otros movimientos del arte moderno. el creador fue el primero quien decía sobre la popularidad de la cultura y la importancia de la cultura nacional.”

A su turno los ministros de cultura de Rusia y Francia, Alexandr Avdeev y Frédéric Mitterrand respectivamente, coincidieron en sus opiniones durante la inauguración de la exposición, que las relaciones culturales de ambos países guardan el gran misterio de amor, amistad y insustituibilidad.