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Los días negros de la guerra

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En la primavera de 1942 Stalin ordenó seguir con la ofensiva. La mayoría de los jefes militares de la URSS discutían este dictamen. Insistían en la necesidad de ocupar una posición defensiva y concentrar las fuerzas antes de un ataque decisivo, dando, además, un descanso adicional a los soldados.
Los días negros de la guerra

En la primavera de 1942 Stalin ordenó seguir con la ofensiva. La mayoría de los jefes militares de la URSS discutían este dictamen. Insistían en la necesidad de ocupar una posición defensiva y concentrar las fuerzas antes de un ataque decisivo, dando, además, un descanso adicional a los soldados. Se necesitaba un tiempo no solamente para preparar las reservas, sino para que las fábricas evacuadas empezasen a trabajar a pleno rendimiento para proveer al frente con la suficiente cantidad de tanques, aviones y municiones.

Sin embargo, Stalin argumentó que no se podía "estar de brazos cruzados y esperar hasta que los alemanes sean los primeros en atacar". Según su orden, las reservas disponibles fueron distribuidas por todo el frente: desde Leningrado hasta el Mar Negro. Las tropas soviéticas recibieron la orden de librar todos los territorios soviéticos de los agresores fascistas.

Esta decisión le costó muy caro a la URSS: después de que la ofensiva del Ejército Rojo se ahogara, las tropas nazis pasaron muy rápidamente a la ofensiva, lograron causar considerables daños al Ejército soviético y volver a apoderarse de la iniciativa estratégica: ocuparon Járkov y Crimea y salieron al Cáucaso del Norte y al Volga. El Segundo Ejército de Choque (creado en el Frente de Volkhov en diciembre de 1941) que acudía a prestar ayuda a una Leningrado sitiada, fue rodeado y eliminado en los pantanos.

Fue muy sangrienta también la batalla por Sebastópol. Los defensores de la ciudad mostraron un heroísmo excepcional: muchos de ellos combatieron hasta la última bala y luego, para no resultar presos, saltaban al precipicio y se estrellaban contra las rocas. La defensa de la ciudad duró 250 días y causó grandes pérdidas entre los nazis (300.000 efectivos entre heridos y muertos).

Se hizo legendaria también la defensa de Kerch: al estar ocupada la ciudad, con unas 150.000 personas capturadas por los nazis, unos 20.000 efectivos militares y civiles consiguieron esconderse en las canteras subterráneas. Durante más de cinco meses lograron procurarse alimentos, agua y municiones y seguir combatiendo, dañando diariamente al enemigo. En el subterráneo funcionaban un hospital y una escuela. Finalmente, los nazis usaron gases tóxicos. El último radiograma desde las canteras decía: “¡Atención a todos! ¡A todos los pueblos de la Unión Soviética! ¡Nosotros, los defensores de Kerch, nos ahogamos por el gas, morimos, pero no nos entregamos al enemigo!”.

Un error muy grave por parte del Gobierno Soviético fue la operación en los alrededores de Járkov, originalmente programada por Stalin como una oportunidad para derrotar al Ejército fascista en el Frente Sureño. Ya en la etapa de discusión, algunos generales expresaron temores de que la maniobra creara un riesgo muy alto para las tropas soviéticas de acabar rodeadas por el enemigo. Sin embargo, Stalin ignoró las críticas.

El ataque empezó el 12 de mayo de 1942. A pesar de que, desde el principio, la operación no pudo cumplir con el esquema original, Stalin insistió en seguir con la ofensiva. A finales de mayo las divisiones fascistas que atacaban al Ejército Rojo del sur y del norte consiguieron reunirse y rodear así a unos 240.000 soldados y oficiales. Capturaron más de 1.000 tanques soviéticos. Durante las siguientes semanas los nazis desarrollaron su éxito inicial y avanzaron más de 400 kilómetros al interior del país, ocupando algunas ciudades muy importantes.

La fatal decisión de Hitler

En aquel momento Hitler, inspirado por sus victorias, cometió uno de sus errores principales: ordenó al Grupo de Ejércitos Sur que se dividiera y siguiera con la ofensiva en dos direcciones: a Stalingrado y al Cáucaso del Norte. El Führer sobreestimó las capacidades del Ejército nazi, lo que causó un vuelco en la trayectoria de la guerra en el plazo de unos meses, cuando los fascistas perdieron la iniciativa estratégica en todos los frentes.

El plan principal de los nazis, antes de ser modificado por Hiltler, tenía como objetivo fundamental en el sur los yacimientos de petróleo en el Cáucaso que suministraban combustible a la mayoría de las regiones de la URSS por la vía acuática del río Volga.

Sin embargo, con el tiempo quedó más bien claro que Stalingrado era un objetivo más importante. La cuidad era el mayor centro industrial de la orilla del Volga y, además, un puesto vital de comunicación entre el mar Caspio, las partes central y nórdica de Rusia, Asia Central y los Urales. La ocupación de Stalingrado habría permitido a los nazis derrotar la industria militar de la URSS. Además, al estar fortificados en el Volga, los fascistas habrían podido emprender la ofensiva por el río hacia Astracán, garantizando de este modo la seguridad de sus tropas que avanzaban hacia el Cáucaso. Al mismo tiempo, se habría podido usar la ocupación de la ciudad con propósitos ideológicos y propagandísticos, ya que la urbe estaba bautizada en honor al líder soviético.

La contrainteligencia alemana llevó a cabo una operación especial, 'El Kremlin', destinada a desinformar al Gobierno soviético. Progresó y la administración rusa creyó que la ofensiva tenía como objetivo el centro del país y no las regiones sureñas, y acumuló las reservas en los alrededores de Moscú. Así que la ofensiva de los fascistas, puesta en marcha el 28 de junio de 1942, resultó ser una sorpresa para el Gobierno soviético.

El Frente Sudoeste, debilitado por la catástrofe de Járkov, se vio obligado a retroceder. En agosto de 1942 los nazis efectuaron un avance feroz en la dirección caucásica y, sin encontrar mucha resistencia, lograron ocupar las ciudades más importantes de la región: Kubán, Stávropol, Krasnodar y Novorossisk.

Unidades militares de la Wehrmacht estaban a punto de aproximarse a los yacimientos de petróleo de Bakú por Chechenia e Ingusetia y las divisiones de montaña nazis estaban asaltando los puertos montañosos de la Cordillera Caucásica Central, con la bandera de la esvástica ya puesta en su cima principal, Elbrús. Sin embargo, en las montañas las tropas soviéticas consiguieron frenar a los fascistas. Durante dos meses los nazis trataron de romper la resistencia, pero fracasaron.

Mientras tanto, el grueso de las fuerzas alemanas se dirigió contra Stalingrado. A pesar de una resistencia feroz, los nazis seguían avanzando hacia la ciudad, aunque más lentamente de lo programado.

En el verano de 1942 la situación era crítica para los rusos. En unas circunstancias tan difíciles, GeorgiZhúkov fue ascendido a Comandante en Jefe Asistente y desde aquel momento se convirtió en la segunda persona más importante del Estado.

Dualidad de poderes en el Ejército Rojo

Hasta entonces, la situación en el Ejército Rojo fue bastante difícil, no solamente por el contexto de la guerra, sino también por la jerarquía interna. Existió un cierto tipo de dualidad de poderes: a parte de los oficiales, funcionó una institución de 'comisariospolíticos', designados por el Gobierno soviético para asegurarse de que los oficiales y los soldados eran leales al régimen. Los comisarios tenían una autoridad y unos derechos muy amplios: debían movilizar a los soldados, mantener su espíritu militar y, lo más importante, controlar todas las decisiones, tomadas por los oficiales militares y valorar su racionalidad. Fueron los comisarios quienes controlaron que las tropas siguieran con la ofensiva, aún cuando aquello contrastaba con el sentido común, no permitiendo que retrocedieran o se entregaran al enemigo para salir con vida.

En la mayoría de los casos, los comisariospolíticos ni siquiera tenían una educación militar, por lo que no eran capaces de valorar la situación adecuadamente. Como consecuencia, durante las operaciones militares obstaculizaban con frecuencia a los oficiales en la dirección de sus respectivas unidades.

Por ejemplo, Lev Mejlis, comisariopolítico y Jefe del Comisariado Político Principal del Ejército Rojo y Vicecomisario del Pueblo de Defensa, se considera culpable de las derrotas de las tropas soviéticas en el verano de 1942. En ese año tomó el control del Frente de Crimea. Solía enemistarse con los oficiales, lo que provocaba el caos en las actividades de las unidades militares. Por ejemplo, se mostró en contra de cavar trincheras, considerando que esto arruinaría el espíritu bélico de los soldados.

Mejlis siempre buscó traidores y espías entre los oficiales militares y escribía delaciones. Conforme a sus acusaciones, un cierto número de oficiales fue fusilado sin causa ni proceso. Solamente tras la derrota del Frente de Crimea en mayo de 1942, Mejlis fue sustituido de todos sus puestos.

Sin embargo, fue un caso particular que no cambió el sistema global de control en el Ejército. Solamente el 9 de octubre la institución de comisariospolíticos fue anulada, lo que pudo aumentar considerablemente la capacidad combativa del Ejército Rojo.

* - imágen del sitio web del Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos

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