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¿Se sienten a gusto los musulmanes en España?

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Un nuevo escándalo de violación de derechos de los musulmanes tuvo lugar en España. Nawja Malha, de 16 años y de origen marroquí, una alumna de 4º de la ESO del Instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón (Madrid), declaró que se sentía discriminada al haber sido expulsada de clase por cubri
¿Se sienten a gusto los musulmanes en España?

Un nuevo escándalo de violación de derechos de los musulmanes tuvo lugar en España. Nawja Malha, de 16 años y de origen marroquí, una alumna de 4º de la ESO del Instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón (Madrid), declaró que se sentía discriminada al haber sido expulsada de clase por cubrirse la cabeza con el 'hiyab'. Según sus palabras, decidió cubrirse la cabeza con el velo islámico hace dos meses porque así "se sentía protegida por Dios y unida a él". Nawja afirma que no se quitará el 'hiyab' en ninún caso. “Di el paso porque me gusta mi religión. No quiero perder el curso, pero no pienso volver a clase sin mi 'hiyab', ni irme a otro centro. Lo llevaré pase lo que pase”, comentó la chica.

En España no hay una ley que ni prohíba ni expresamente permita llevar el pañuelo islámico en los colegios públicos. Es un país aconfesional, por eso los símbolos religiosos están permitidos.

El caso de Najwa no es el único. Hubo otros: en 2002 con Fátima El Idrissi, en Madrid, o en 2007, con Shaima Saidani, en Girona. Sin embargo estas situaciones no sólo se dan en los colegios. En noviembre del año pasado expulsaron del estrado a la abogada Zoubida Barik Edidi, de origen marroquí y nacionalidad española, por llevar puesto el 'hiyab'. Asistía a un juicio por terrorismo islamista cuando el juez Javier Gómez Bermúdez, que ya se ha visto en vuelto en varias polémicas similares con anterioridad, le dijo: "Señora, no puede estar aquí" y añadió para cortar sus protestas: "Ésta es mi Sala y aquí mando yo".

Pero los casos de expulsiones de las escuelas, colegios o estrados y el trato desfavorable por alguna parte de la sociedad no es el único problema del que se quejan los musulmanes. En la prensa mundial aparecen noticias de casos de ensañamiento por parte de islamistas radicales contra las musulmanas inmigrantes que según su punto de vista violan las tradiciones de la religión.

A finales de 2009 el periódico español El País publicó una historia escandalosa sobre una emigrante de Marruecos de 30 años que empleó el nombre ficticio de Boshra con el fin de garantizar su seguridad, manteniendo oculta su identidad.

La mujer contó que  tras llegar a España ilegalmente, se quedó embarazada del marido de su hermana, Mohamed Arab, de 41 años. El hombre exijió que abortara, pero la mujer se negó. El 14 de marzo de 2009 Boshra fue "secuestrada y veinte hombres con turbante me condenaron a muerte".

Este veredicto ilegal fue dictado en la comunidad autónoma de Cataluña, donde el porcentaje de musulmanes entre la población total es el más alto del país. Al día siguiente, Boshra fue entregada a su familia y de vuelta con ellos tuvo que escuchar la siguiente conversación entre el matrimonio que la acogía: "Ya han dictado sentencia y la tengo que matar. A ella y al bebé", dijo Arab según la testigo. "Yo nunca me he metido en tu grupo de política, pero si matas a una persona me llevo a mi hija y me voy", respondió la esposa. Gracias a las riñas del matrimonio la mujer consigió escapar.

Boshra se convirtió en la primera musulmana en España que contó a la policía que le habían juzgado según las leyes de la 'sharía'. La operación sigue abierta y ya han localizado a la mitad de los miembros que presuntamente participaron en el tribunal islámico.

Según estos datos, podría decirse que en España funciona un régimen 'talibán clandestino' que mantiene en una situación de terror a parte de los musulmanes del país.

Pese a estos casos de violaciones de los derechos de los musulmanes o hasta delitos contra ellos que se producen en ocasiones, los sondeos y estadísticas aseguran que los musulmanes se sienten muy a gusto en España. Según un estudio realizado recientemente entre 2.000 personas y financiado por el Gobierno del país, el 81% de los musulmanes se siente adaptado a las costumbres locales, el 70% afirma que está a gusto residiendo en España y el 84% afirma no haber encontrado ningún obstáculo para practicar su religión. Según los datos oficiales la población musulmana inmigrante asciende a más de 767.000 personas.

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