Las escuelas de Moscú utilizarán manuales electrónicos
Las escuelas de Moscú realizarán un experimento insólito el siguiente año escolar. Los alumnos de las clases superiores recibirán manuales electrónicos de algunas asignaturas. Si el experimento tiene éxito, la innovación será aplicada en todas las escuelas de la capital y, en el futuro, del país. Los expertos acogieron la iniciativa de distintas formas. Por un lado, los alumnos ya no se verán obligados a llevar bolsos y mochilas pesados. Además es imposible arrancar una página del manual electrónico o, digamos, garabatear las fotos de nadie. Pero a la par de esas ventajas, hay muchos detalles técnicos y, más importante aún, aspectos financieros del experimento que permanecen un poco oscuros.
El ensayo se llevará a cabo sobre todo en cuatro escuelas de Moscú. El manual electrónico cuenta con un lector regular: un aparato de forma rectangular con una pantalla de diez pulgadas y unos botones en la parte de abajo, con el tamaño de un libro estandarizado. Los primeros manuales de este tipo serán de literatura, ciencias sociales, historia y lenguas extranjeras.
La decisión final de la fecha del comienzo del experimento no será tomada antes del verano. Por ahora el Departamento de Educación capitalino y el Instituto de Ciencias e Investigaciones preparan la documentación necesaria.
Entre las desventajas de los libros tradicionales, además de su peso, los especialistas mencionan el problema de la difusión de los denominados en Rusia 'manuales falsos', que pueden dañar la salud de los niños. En la composición del papel de esos libros a veces se puede encontrar un formaldehído peligroso para la salud. En vísperas del año escolar 2009-2010 se registró un 5% de ' manuales falsos'.
Mientras tanto, los expertos creen que no usar el libro tradicional provoca la pérdida de ciertos hábitos necesarios. "Una de las funciones principales del libro de texto es la transmisión de información, pero hay otras adicionales. En particular, el manual enseña cómo hay que trabajar con un libro, acostumbra a ser ordenado y cuidadoso", explica el presidente del Fondo de Formación ruso, Serguéi Komkov, que añade "alguien cuenta que el proceso de enseñanza se optimizará así (con los libros electrónicos), otros temen que se pierda irrevocablemente la cultura de leer libros tradicionales".
En lo que se refiere a los padres, les preocupa más el aspecto financiero: cuánto costará este libro y quién tendrá que pagarlo. Los 500 libros de prueba serán adquiridos por medio de una de las compañías capitalinas, y el salario de los pedagogos que observarán el experimento será asumido por el Departamento de Educación de Moscú. "Se puede robar el manual, un niño puede romperlo o estropearlo muy fácilmente y en ese caso los padres son los que tendrán que pagar por un libro electrónico nuevo", comenta Serguéi Komkov.