Objetivo: Fiesta de Interés Turístico Nacional
En España aquellas celebraciones festivas que cuentan con un gran renombre y amplia participación, además de un elaborado programa de actos culturales y festivos, son reconocidas como Fiesta de Interés Turístico.
Un rasgo que confirma y posiciona no sólo a la celebración sino a la población donde tienen lugar. Así eventos tan conocidos como los Sanfermines, la Semana Santa, el Corpus de Toledo y la Feria de abril, entre otras, han visto como su fama ha traspasado fronteras. A día de hoy a éstos actos acuden cada año, millones de personas de todo el mundo.
El Corpus de Toledo es Fiesta de Interés Turístico Interncional.
Esto es lo que se propone la Cofradía de San Juan del Monte, en Miranda de Ebro, España. En la actualidad la celebración de su fiesta “más conocida y seguida” cuenta con el calificativo de Fiesta de Interés Turístico Regional, y debido a su “éxito” los mirandeses quieren obtener el reconocimiento, que los numerosos visitantes ya les han conferido.
La hermandad es protagonista principal en San Juan del Monte.
Para ello y según fijan las bases del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, uno de los requisitos, para tal denominación, es la difusión del evento en cuestión fuera de los límites de la ciudad y de la región, según el caso. Un motivo por el cual, la institución que preside Pablo Vergara, ha puesto especial atención, confeccionando una importante campaña de promoción de la localidad burgalesa, de su rico patrimonio cultural, natural y de su fiesta.
La amplia participación es síntoma de éxito.
Los orígenes de San Juan del Monte se remontan a la Edad Media, siendo en la actualidad la romería más antigua y más importante de las que se celebran en el Norte de España. La festividad se celebra durante el fin de semana antes de Pentecostés, siendo el lunes su 'Día grande'.
Popular fiesta que se inicia el jueves con la tradicional lectura del pregón, pone el punto de partida a seis días de celebración donde Miranda se llena de colores, gracias a las numerosas cuadrillas que desfilan por sus calles, al son de la música de las charangas en honor a su 'santo'.
El 'santo' siempre presente en la fiesta.
Las jornadas se alargan gracias al bullicio generalizado y el sano alboroto que invita a lugareños y foráneos a disfrutar de la fraternidad y la armonía. Porque San Juan del Monte es la fiesta de la amistad y hospitalidad de los 'blusas' y 'sanjuaneros'. Una alegría que pronto cala entre los visitantes que se dejan llevar por la esencia de esta fiesta tradicional.
La alegría invade las calles mirandesas.
La celebración tiene en la resurrección del Bombo de las aguas del Ebro, su acto preliminar, éste es llevado hasta el balcón del Ayuntamiento donde miles de 'blusas' esperan al 'bombazo', momento que da inicio oficial a las fiestas.
El 'bombazo' inicia los días de celebración y alegría.
El 'Desfile del blusa' es otro de los momentos más emotivos, las cuadrillas –cuya apariencia se diferencia unas de otras- recorren la ciudad. Según manda la tradición, durante el desfile y la fiesta en general hay que vestirse con las tradicionales alpargatas hechas de esparto, calcetines, pantalón de color blanco o el llamado 'mil rayas', faja, camisa, blusa, pañuelo y boina.
Los 'sanjuaneros' son el alma de tan singular celebración.
El lunes es el 'Día grande' para los sanjuaneros, éstos van en romería hasta un paraje cercano llamado la Laguna, donde se desarrolla el día, comida en hermandad, música y alegría son los protagonistas sin olvidar a la figura del santo quien tiene su morada en tal lugar. Y a quien se le rinde un solemne homenaje con una multitudinaria eucaristía.
La tradicional misa del lunes en la ermita.
El lanzamiento del tradicional cohete sirve para iniciar la bajada de los romeros y regreso a la ciudad donde continuarán la celebración. Los mirandeses y visitantes, esperan al pie de la calle para ver cómo desfilan de nuevo las cuadrillas.
Mirandeses y foráneos disfrutan unidos de estas tradicionales fiestas.
Año tras año al variado programa festivo se le han ido añadiendo eventos que poco a poco han adquirido un peso y un hueco específico como son: los ya omnipresentes 'ochotes', el 'festival de la Morcilla' y 'Sanjuanín', punto y final de tantos días de celebración y momento tristeza para muchos, quienes desean la pronto llegada de la siguiente edición.