Los habitantes de una aldea en la frontera ruso-ucraniana quieren ser rusos
Los pobladores de una aldea en la región de Donetsk, Ucrania, decidieron dirigirse al presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, con la idea de que se les conceda la ciudadanía rusa. Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, los límites territoriales entre las dos naciones atravesaron la aldea, como resultado 14 casas quedaron en Ucrania, mientras que la mayor parte de las viviendas quedaron en territorio ruso.
La parte de la localidad que quedó en Rusia mantuvo su antiguo nombre, Aleksandrovka, mientras que a la parte que quedó en territorio ucraniano, pasó a denominarse Vyselok. También algunas familias fueron divididas por la frontera, y en otros casos ésta pasó por medio de sus hogares. En los últimos 20 años no todos los afectados han logrado sobreponerse de esa situación.
En el caso de la familia Dobronravova, los límites fronterizos dividió su casa que quedó en Ucrania, mientras que el cercado y el baño en territorio ruso. Luego de tantas batallas con los funcionarios fronterizos, la familia logró unir su hogar y ellos recibieron el pasaporte ruso, informa el diario moscovita Moskovsky Komsomolets.
En el caso de Maria Semionovna, jubilada, la frontera partió su casa en dos, su dormitorio quedó en territorio ucraniano, mientras que el salón y la cocina en Rusia, como resultado la anciana pagaba por los servicios públicos una parte en grivnas (divisa ucraniana) y la otra parte en rublos (divisa rusa), desde hace dos años sufre de una enfermedad y sólo después de esto las autoridades decidieron darle la ciudadanía rusa.
Los pobladores de Vyselok, desean vivir en Aleksandrovka, porque todas las comodidades, como hospitales y tiendas están en territorio ruso. Mientras que la parte ucraniana no cuentan con servicios de gas, agua potable ni carreteras asfaltadas.
El control fronterizo se cierra a la 20:00, y el toque de queda entra en vigor hasta las ocho de la mañana. Si alguien se retuvo en territorio vecino no puede cruzar la frontera después de las 20:00 ni antes de las 8 de mañana, sin excepción alguna, incluida la policía, bomberos y emergencia.
El único cementerio del sector también quedó en territorio ruso, y para sepultar un cadáver es necesario realizar un sinnúmero de trámites y cruzar por dos puntos de control fronterizo, además, la policía aduanera realiza una revisión minuciosa del ataúd.
Por todos estos motivos, los residentes de la aldea ucraniana, desean pasarse al territorio ruso. Anteriormente, los pobladores ya se dirigieron con el pedido al ex presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, de entregar el municipio a Rusia a cambio de 10 hectáreas de tierras agrícolas rusas, pero los documentos firmados hasta por el Parlamento ucraniano nunca entraron en vigor.
Durante varios años trataron de solucionar el problema en la Administración de Víctor Yushenko y ahora lo estan resolviendo también en la de Víctor Yanukóvich, pero sin resultado alguno. Los residentes dicen que en 2004, enviaron una carta al entonces presidente ruso Vladímir Putin, y ahora a Dmitri Medvédev, pero según los dirigentes del caserío dicen no tener muchas esperanzas a llegar a una solución. “Por lo visto, es necesario esperar a la reunificación de los pueblos hermanos, para eliminar esta nefasta frontera”, agregan.