Se salva por segundos
El número de víctimas del doble atentado en el metro de Moscú ha aumentado a 40 personas. Sin embargo, hay también historias afortunadas. Un estudiante malayo que se encontraba en el subterráneousto a la hora de las explosiones vivió para contarla.
Cuando una tragedia ocurre trae consigo los relatos más terribles… no obstante, aparecen a veces historias reconfortantes sobre personas que escaparon milagrosamente de la muerte.
Sim Eih Xing, de 23 años, oriundo de Malasia, viajaba en el quinto vagón del tren que se detuvo en la estación de metro Park Kultury a las 8:39 minutos de la mañana del lunes.
Como era usual, el estudiante de medicina se dirigía a la Universidad a esa hora. Sonaba el grupo U2 en sus audífonos, eran las estrofas del tema "Beautiful Day". Y eso era de verdad, un hermoso día, hasta que Sim se paró sobre el andén y el tren explotó detrás suyo.
“Hubo un destello de luz muy grande a mi izquierda y una explosión que sonó muy fuerte”, cuenta.
Durante varios minutos, Sim no pudo escuchar nada más y pensó que se había quedado sordo.
“Si no hubiese estado con los auriculares puestos, hoy estaría sordo. ¿Puedes verlos? Este es el del lado izquierdo y este el del derecho. El derecho está intacto, pero el izquierdo está (destrozado) sí… es un milagro!”, cuenta Sim mientras los muestra.
Sus pantalones quedaron llenos de agujeros, como si fueran un colador, todo causado por los clavos y tornillos que las atacantes suicidas usaron para envolver los explosivos y ocasionar el mayor daño posible. Están cubiertos de hollín y de sangre…
“Cuando pude salir podía sentir que mis pies sangraban. Arremangué mis pantalones de mezclilla y ¡había partes de carne humana en ellos! Supongo que pertenecían a la suicida. En mi pierna tenía algunas heridas de menor importancia provocadas por el estallido”, dice.
Es de esperar que la pierna izquierda de Sim sane por completo muy pronto. Pero él dice que nunca se volverá a sentir el mismo.
Como Sim, los sobrevivientes saben que cualquiera de ellos podría haber pasado a engrosar la dolorosa lista de fallecidos. Por eso, todos ellos eligen la palabra "milagro" al momento de contar sus historias. Lo verdaderamente extraordinario es que la vida dio a estas personas una segunda oportunidad, aunque también los convirtió en testigos involuntarios del horror.