¡Arriba, abajo, al centro, pa’ dentro!

   Así dicen los frecuentes de las cantinas populares de México antes de echarse su trago de tequila.

   Estoy recordando esa frase clásica ahora, cuando llega la información sobre los resultados de los comicios locales del “superdomingo” del 4 de julio que tuvieron lugar en casi la mitad, es decir, en 14 de 32 de los estados mexicanos. En la mayoría de las entidades sometidas a votación ganaron los candidatos del ahora opositor centrista PRI. Contra ellos lucharon los de la alianza poco natural del gobernante Partido de Acción Nacional, PAN , de derecha, y del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática, PRD. En todas estas tres organizaciones políticas militan miembros del PRI o sus ex miembros.

   Esto significa que el país está confuso, cansado. Nadie sabe, ¿dónde está la receta mágica, quién la puede ofrecer, dónde está la derecha, dónde está la izquierda y quién pertenece a que, y cómo es posible encontrar la solución razonable para echar no copa, sino la boleta electoral cuando está en peligro no sólo el futuro del país, sino la vida de cada uno es amenazada por el crimen organizado de los narcotraficantes, que cobró la fuerza imaginable durante últimos diez años?

   Los políticos profesionales piensan nada más en las elecciones presidenciales de 2012 cuando se termina el mandato de Felipe Calderón, segundo presidente del  PAN que en 2000 venció al PRI que gobernaba durante más de siete décadas hablando de la “democracia social”, pero aplicando cada año más los métodos neoliberales. Esto aburrió a la mayoría de los mexicanos, que votaron por cualquier cambio. Faltó la responsabilidad de la sociedad poco madura. Y la estabilidad frágil fue rota por los gobiernos de derecha.

   Ahora quiero mencionar el artículo que publiqué en el N 6/2010 de mi revista “Latinskaya Amerika”. Los autores son los doctores Víctor Jeyfets y Lázar Jeyfets que dignamente representan al Instituto de Latinoamérica, ILA, y nuestra revista en la ciudad de San Petersburgo y trabajan en las universidades de la capital nórdica de Rusia como catedráticos. El artículo de ellos se titula “El viraje a la derecha “ en América Latina ¿Casualidad o tendencia?” Ellos tratan de entender qué significan para el continente los triunfos electorales de los candidatos de la derecha en Chile, Panamá y Honduras, el crecimiento del enfrentamiento entre la oposición y los partidos de izquierda que están gobernando en toda una serie de los países de la región. Hasta  preguntan: ¿Acaso fue realmente de izquierda el famoso “viraje a la izquierda”, si ahora las fuerzas de dicha orientación están a punto de rechazar el básico principio de la democracia — la revocabilidad del poder? Especialmente de eso la derecha internacional trata de acusar a Chávez de Venezuela, Lula de Brasil, Morales de Bolivia, Ortega de Nicaragua.

   Pienso que estas acusaciones están bastante lejos de la verdad.

¿Y ustedes, qué opinan?