Un kilómetro de historia mexicana en un mural
Escondido en uno de los edificios más antiguos de Los Ángeles, el muralista mexicano Hugo Martínez Tecoátl se parece más a un 'ocupa': duerme en un trozo de la calle, no se baña y usa la misma ropa cada día. Detrás de él, se alza inacabada su obra maestra: un mural de 1,219 metros cuadrados que pinta como parte de la restauración del Auditorio de la Casa del Mexicano.
Con este trabajo que pinta desde hace más de un año, el artista quiere estrechar la relación de sus paisanos con su tierra. El mural muestra escenas históricas alusivas a los dioses aztecas, rinde tributo a los revolucionarios Pancho Villa, Benito Juárez y Emiliano Zapata y a las tradiciones mexicanas, como las flores de cempasúchil tan popualres en Día de Muertos. La obra de Martínez reproduce en paredes de hasta 12 metros de alto los temas que más le preocupan, como la ecología, el activismo social y el arte, todo en un contexto que reafirma el intenso vínculo que sienten los mexicanos en California por la tierra que han dejado atrás.
Su obra se destaca por la gran cantidad de frescos y grafitis, muy de moda en el populoso sector de Boyle Heights, en Los Ángeles.
“Quiero que la juventud mexicana que quizás no conozca su propia historia admire el mural y esté orgullosa de tener una historia tan maravillosa”, dice Tecoátl. “Somos diferentes y eso se siente cuando uno va andando por las calles del barrio.”
Martínez asegura haber dejado una cómoda vida en su país natal en búsqueda de su estilo como artista y haber pasado más de una penuria en Los Ángeles. La historia empezó cuando el director del edificio invitó al artista a pintar sólo dos arcos. Al terminar con el trabajo, Tecoátl fue enseguida encargado de seguir pintando toda la pared. Por el momento le falta solamente por pintar la cúpula del antiguo edificio.
La trayectoria de Tecóatl es diferente de la de Diego Rivera, esposo de Frida Kahlo, y David Alfaro Siqueiros, renombrados por sus famosos trabajos. Tecoátl empezó su trabajo con escasos recursos, lo que no le representó ningún obstáculo para seguir trabajando. Le pagaban 100 dólares mensuales, tiene alojamiento dentro del centro cultural, donde también le suministran las pinturas, cuadernos y pinceles. “Hemos logrado hacerlo con poca ayuda financiera y es fenomenal”, dice emocionada Martha Soriano, la presidenta del Comité de Beneficencia Mexicana, el grupo no comercial que preside la Casa del Mexicano.
La Casa del Mexicano es el centro cultural más antiguo de Los Ángeles (cuenta con 106 años de historia) y es sede de muchas puestas teatrales, conciertos y otros eventos culturales.
En este centro se colecta ayuda para diferentes partes de México en caso de desastres naturales; se repatrian los cadáveres de connacionales y se organizan eventos diversos como el popular Miss México-Los Ángeles.
Boyle Heights es un distrito con las más diversa demografía, su población está conformada por judíos, japoneses, mexicanos, rusos y yugoslavos. Ahora, la mayoría de los habitantes son trabajadores de procedencia latinoamericana.