Se cumple la última voluntad del joyero bisnieto de legendario Fabergé
En el Palacio Ekateríninski se celebró la ceremonia de entrega de un huevo con sorpresa de la casa Fabergé que conmemora el 300 aniversario de la residencia de verano de los emperadores rusos, Tsárskoye Selo, y simboliza la admiración del maestro joyero Fabergé por aquella época. Las 'semillas' de las fuertes impresiones provocadas por un lugar se convierten en 'frutas y flores' en forma de obras que los creadores donan al lugar que les impactó. Así homenajean los singulares momentos pasados allí o al propio lugar y se asocian a sí mismos con él.
En el caso de Theo Fabergé es más correcto hablar no de un original ramo de flores del alma de un creador, sino de una cesta de huevos de piedras preciosas. El destacado joyero de la familia Fabergé, legendaria por sus obras creadas para la familia real de la antigua Rusia, visitó San Petersburgo y sus alrededores con los palacios reales de verano, en 1989 y creó una serie de obras maestras como regalo para la ciudad, para la residencia de verano de la casa real rusa Románovi, para Tsárskoye Selo y en honor a la cultura de la época en que fue creada esta villa. Ahora el museo y esta reserva natural obtuvieron otra donación de Theo Fabergé: el huevo ‘Tsárskoye Selo’ , mientras que a la catedral local de Santa Catarina se donó el huevo ‘La Catedral Rusa’.
Según la última voluntad del joyero Fabergé (Theo, fallecido en el año 2007, bisnieto del legendario Carl Fabergé) el huevo de cristal ‘Tsárskoye Selo’, con una sorpresa de oro en su interior, fue trasladado a Tsárskoye Selo, en la capital boreal rusa. El regalo lo entregó el jefe de la fundación ‘Sanpetergurgsakaia Kollektsia’ (‘La Colección de San Petersburgo’), Philip Birkenstein, de parte de la familia Fabergé. La ceremonia de se celebró en el palacio de Ekateríninski.
El huevo es de 30 centímetros y está elaborado por el método de soplado. En la parte exterior están grabadas las imágenes de los miembros de la familia del emperador Románovi con los palacios de Tsárskoye Selo. Nikolai II con Alexandra Fiodorovna están al fondo del palacio Alexándrovski y sus cinco hijos aparecen disputando una partida de bolos de nieve en el parque frente el pabellón del ‘Hermitage’. Curiosamente, por primera vez después de 70 años el pabellón está abierto para los visitantes con una decoración interior que prácticamente no se ha modificado.
En la superficie del objeto se muestra el Palacio de Ekaterininski con las Puertas Doradas decoradas con un ornamento forjado. Su adorno está realizado con un grabado refinado hecho a mano, todo ello coronado por un águila tricéfalo de oro y plata. El cuerpo del huevo está cubierto por monogramas de los emperadores que vivían en Tsárskoye Selo. La base del huevo de oro y plata es un soporte de cristal. Por la tradición de los maestros Fabergé, dentro del huevo hay una sorpresa. Es la estatuilla de oro y plata que representa al último emperador ruso, Nikolai II, montado a caballo.
El bisnieto del joyero Carl Fabergé, Theo Fabergé, vivía y trabajaba en Londres conservando las tradiciones de la casa joyera con fama mundial. En 1984 empezó a crear su propia colección dedicada a Rusia (el huevo de Pascua, ‘El Huevo Ruso de Invierno’, el huevo ‘Guirnalda’, el huevo ‘Pedro el Grande’) que presentó en Chicago.
Tras su visita en el año 1989 a San Petersburgo, Fabergé se inspiró para crear el reloj ‘El Tesoro de Tsárskoye Selo’ que regaló al museo en el año de 2009. Es una obra en ámbar, cuya base adornan dos águilas imperiales y una corona en miniatura de la dinastía zarista. En el centro está un reloj decorado con elementos del interior de La Cámara de Ámbar del Palacio Ekaterininski. En la parte frontal está la firma del maestro Theo Fabergé, y en la trasera, la copia exacta del escudo prusiano hecho de ámbar de la región del mar Báltico. Corona el reloj la figura de plata y oro del último emperador ruso, Nikolai II, ataviado con su traje de oficial y montado a caballo.
Además de Tsárskoye Selo, la Catedral de Santa Catarina, que fue reconstruida cuando se cumplía el 300 aniversario de la villa, obtuvo el huevo ‘La Catedral Rusa’, creado por el maestro Theo en el año 1988 en homenaje a los 1000 años del "bautismo de Rusia" (como se conoce a la fecha en la que los zares adoptaron la religión cristiana).
No sólo la residencia de verano de los emperadores rusos, sino la propia ciudad de San Petersburgo alberga ya una colección de huevos preciosos, tanto de Theo, como de su abuelo Carl. Entre ellos, el huevo ‘300 años’ que homenajea el aniversario de la capital boreal rusa. La colección está en el Gran Palacio Petergof.