Una ciudadana rusa es denunciada por su hija de nueve años

Surgió un nuevo escándalo relacionado con niños nacidos en el matrimonio mixto entre una rusa y un europeo. La diferencia entre la legislatura de Rusia y la de la Unión Europea causa numerosos casos, cuando los padres que se divorcian no pueden decidir con quién se quedarán los niños. Se necesita la intervención del estado ruso y la elaboración de diferentes acuerdos internacionales.

Las autoridades finlandesas intentan tomar la hija de nueve años de la rusa Valentina Putkonen. Valentina ha sido privada del derecho de comunicarse con Yulia, así se llama la niña, aunque antes le habían garantizado la posibilidad de hablar con ella cada día. Ahora Valentina no sabe dónde se encuentra su hija.

Es una historia muy complicada y contradictoria. Yulia podría ser castigada porque violó las reglas de la vida en el asilo intentando huir con su mamá. Sin embargo, a este asilo la niña ingresó tras denunciar a las autoridades el trato cruel de la misma madre.

Valentina, una nativa de San Petersburgo, se casó con un finlandés y se fue a vivir con su marido a la ciudad de Tampere. Sin embargo, el idilio familiar no era eterno, y el matrimonio vino a menos, pese a tres hijos que ya tenían los esposos. Se decidió, que los chicos irían a quedarse con el padre, pero la menor Yulia se quedó con Valentina y se estableció en Helsinki.

En mayo, Valentina fue parcialmente privada de la potestad de la madre como resultado de la reclamación de Yulia a la Unión de la Protección de los Niños, que ella hizo avisada por su padre.

“La niña vino de la escuela a casa y comenzó comer los bombones mientras yo cocinaba la comida”, cuenta la madre. “Le prohibí comer dulces antes de la comida normal, se ofendió y llamó a su padre, quién le animó a contactar con la Unión. Me han acusado de maltratar a la niña y la llevaron al asilo”.

Pero la niña caprichosa entendió rápidamente que la vida en el asilo donde el trato no es tan apacible y no puede compararse con la que vive en su casa. Yulia trató algunas veces de huir del asilo y hallar a su madre. Las autoridades advirtieron a Valentina que si la niña huye otra vez la misma madre podría ser encarcelada.

Debido a 'la mala conducta' de Yulia, a la madre le prohibieron ver a su hija y ahora aún no sabe dónde está y si sigue viviendo en el asilo o ya ha sido entregada a su padre. Valentina, se encuentra en un estado de choque, intenta solicitar la recuperación de su hija a través del Tribunal.

Ya que Finlandia y Rusia son países vecinos, los matrimonios entre sus ciudadanos suelen ser habituales. En marzo de este año se hizo conocido el caso de Robert Rantala, el hijo de una rusa y un finlandés, que fue privado de sus padres por las autoridades, aparentemente, sin razón alguna.

Tantos escándalos aparecen a veces en relación con otros países europeos. Los padres de Lisa Isaeva-André, cuya madre es rusa y padre es francés, mantienen una disputa por su hija durante años. Todo eso cada vez más confirma la necesidad de algunas decisiones a nivel internacional.