De recluso a poeta

Se llama César, tiene 6 balazos en su cuerpo y la cuarta parte de su vida la pasó en la cárcel. Vive en una de las villas más pobres y marginales de Argentina. Ahora está presentando su libro de poesía.

A menudo ir a parar a la cárcel significa perder todas las posibilidades de salir adelante, pero, resulta que a veces es necesario tocar fondo para iniciar una nueva vida.

César González terminó preso por un robo apenas cumplió 16 años. Pero, los cinco años que pasó tras las rejas resultaron ser una academia para el joven ya que salió con una mentalidad totalmente diferente. Los poemas que empezó a escribir estando en prisión son un llamado a que la gente preste atención al problema de la pobreza.

Su pasión por la literatura le ayudó a encontrar amigos y hasta admiradores. La creciente popularidad de sus creaciones entre los blogueros en Internet atrajo la atención de los editores. Ahora está orgulloso de su obra que fue presentada en la 36ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Ha vuelto transformado en una persona diferente: trabaja, estudia filosofía en la universidad y pasa más tiempo con sus numerosos hermanos. Obviamente, su madre está tremendamente orgullosa de su hijo.

“Creo que fue ahí que a César le hizo un clic en su cabeza” dice Nazarena Moreno. “Él tiene miles de proyectos, no me lo esperaba”.

Y su reacción se entiende. Muchos jóvenes que salen de las instituciones penitenciarias prometen empezar todo de cero, pero es muy difícil romper el círculo vicioso. Se sienten excluidos por haber estado presos y por vivir en barrios marginales. Algunos llegan haste el extremo de poner otro domicilio en sus documentos para obtener alguna oportunidad.

Pero para César la prisión le sirvió de impulso para cambiar las cosas y creer en que el mundo sí puede ser diferente.