¿Cuál es la nueva alternativa de Brasil frente a los hidrocarburos de esquisto?

Los hidrocarburos presales son yacimientos abisales de petróleo y de gas bajo la capa de sal en el fondo del océano Atlántico. Actualmente estos hidrocarburos constituyen un 25% de la producción total en Brasil, mientras que en junio de 2012 representaban el 7,7%.

Sin embargo, mientras el gas presal representa un 23% del total, la producción de petróleo presal aún se encuentra a un nivel relativamente bajo, si bien se está desarrollando rápidamente gracias a las inversiones, pese a al alto precio de coste y pese a la caída del precio del petróleo, según 'Interfax'.

La exploración del primer yacimiento de pertróleo presal, Tupi, en Brasil empezó hace una década, y los primeros barriles de petróleo fueron extraídos en 2008. Desde entonces han sido localizados y explotados otros yacimientos grandes. Uno de ellos, Libra, con reservas estimadas de hasta 12.000 millones de barriles está desarrollado por el consorcio internacional formado por la petrolera brasileña Petrobras, la neerlandesa-británica Royal Dutch Shell, la francesa Total y las empresas nacionales chinas CNPC y CNOOC. Se estima que la producción arranque en 2017 y alcance su pico en 2030, según la revista 'Energy Global'.

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Y eso es quizá lo más importante sobre los hidrocarburos presales: que su producción es cuestión del futuro, como en su día lo fueron los hidrocarburos de esquisto. EE.UU. empezó a desarrollar la exploración y las tecnologías para extraer hidrocarburos de esquisto hace décadas, pero los frutos de este trabajo apenas se dieron entonces. Lo mismo ocurre con los hidrocarburos presales, que serán beneficiosos en la próxima década. Al menos parece que Brasil no alberga duda, a juzgar por el plan del desarrollo estratégico de Petrobras para los años 2014-2018, que prevé gastar más del 60% de su presupuesto para la exploración, desarrollo y producción en yacimientos presales.

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Cabe destacar que los yacimientos presales no solo existen en Brasil, sino que también se encuentran en África y el golfo de México.