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Un crudo que propaga la muerte

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Los bancos de tiburones, delfines, rayas y distintas especies de peces huyen de la zona de la catástrofe ecológica del Golfo de México, donde sigue derramándose el petróleo del pozo subacuático de la compañía BP (British Petroleum). Actualmente los animales se concentran cerca de la costa de Flor

Los bancos de tiburones, delfines, rayas y distintas especies de peces huyen de la zona de la catástrofe ecológica del Golfo de México, donde sigue derramándose el petróleo del pozo subacuático de la compañía BP (British Petroleum). Actualmente los animales se concentran cerca de la costa de Florida. Los biólogos afirman que les espera escasez de alimentos.

"Creo que tal migración de los animales está vinculada directamente con la destrucción de las cadenas tróficas en el océano, provocada por la contaminación petrolera", declaró el biólogo Julian Gatt del Instituto de Alfred Vegener de Investigaciones Polares y Marítimas. Según Gatt, la migración salvará a los animales sólo por un corto plazo. La mancha petrolera no deja entrar la luz, no permite que el agua se enriquezca suficientemente de oxígeno. Eso provoca la muerte automática de plancton, la comida principal de la mayoría de la fauna marítima. Gatt afirma que la escala de la catástrofe es escalofriante.

Según los datos oficiales del Servicio Costero de EE. UU., en las orillas de los estados sureños del país (Luisiana, Misisipi, parcialmente Texas) descubrieron ya 353 tortugas, 41 delfines y multitud de peces muertos. Sin embargo, los biólogos afirman que la cantidad de mamíferos acuáticos, peces y tortugas muertas no se puede calcular ya que muchos mueren en el mar antes de llegar a la costa.

A finales de la primavera llega el período de celo para la mayoría de las especies de peces. Este año el período de celo para muchas de ellas fue el último. Así el atún bluefin, que suele migrar al Golfo de México para el desove, está en peligro de desaparición total.

Para evitar la contaminación de la costa de Luisiana, BP utilizó un agente químico, el Corexit 9527, que dispersa el combustible. Esa medida sólo empeoró el problema: por la utilización de sustancias químicas el petróleo se quedó bajo el agua y ésta se hizo incluso más tóxica. Así, el Corexit 9527, destruye el sistema sanguíneo de los peces, que mueren por grandes hemorragias. El pez come el plancton cubierto de esta sustancia y mediante la cadena alimentaria el veneno llega a todas las especies.

Los expertos de la Fundación Internacional de Protección de los Animales (IFAW por sus siglas en inglés) consideran que la avería en la plataforma petrolera en el Golfo de México ante todo afectará a la población de pájaros que nidifican en la costa. Los ecólogos ya han encontrado más de mil pájaros muertos que perecieron por contacto con el crudo, pero los especialistas afirman que se ha descubierto sólo una décima parte. Bajo el peligro de desaparición se cuentan ya garzas, charadrios, patos y el símbolo del estado de Luisiana, el pelícano pardo. En total en el parque nacional de Luisiana nidifican unos 34.000 pájaros.

La población de pelícanos pardos no se estabilizó hasta 2002. Los pájaros eligieron para la nidificación la isla Queen Bess. La existencia de esta especie de pájaros en la actualidad se encuentra en peligro. Sus cabezas, blancas por naturaleza, se han vuelto negras por el petróleo. "Todos ellos tratan de limpiarse. Lo intentan más y más, pero no sale nada", dice un obrero testigo de la catástrofe. "Vi a un pelícano que se ocultó completamente en el agua, solo quedó sobre la superficie un ala. Cogí el ala y saqué  a pájaro. Estaba cubierto de crudo totalmente. Luchaba por la existencia tan desesperadamente… Hicimos todo lo que pudimos por él". "Los animales piensan que el agua se pegó a sus alas, pero no es agua, y no pueden deshacerse de las manchas", comenta Robert J. Barham, jefe del Servicio de Protección de Animales Salvajes de Luisiana.

Silvia Gaus, una empleada del parque nacional alemán en la costa del Mar del Norte, que durante muchos años ha investigado la influencia del petróleo en la vitalidad de los pájaros, está segura de que limpiar el plumaje de los pájaros es una ocupación inútil. Matar rápido y sin causar dolor, es lo más humano para el sufrimiento de las aves, considera Silvia. Según las estadísticas, sobrevive sólo un 1% de los pájaros a los que han limpiado el plumaje. La misma limpieza les causa un gran estrés. Además, las sustancias tóxicas penetran en el organismo y las aves mueren por la intoxicación que les daña el hígado y los riñones.

Diariamente se descubren en la costa cuerpos de mamíferos, pájaros y peces muertos. Los obreros contratados para limpiar la costa afirman que BP les prohíbe dispersar en la prensa las imágenes de los animales muertos. "Nos informaron de que no querían ver las fotografías de los animales muertos. Saben que el océano eliminará la mayor parte de las pruebas. Es importante para mí que la gente sepa lo que pasa aquí", dice uno de los obreros.

Los representantes de BP, a su vez, niegan que haya intención de ocultar a la sociedad la información de las consecuencias ecológicas del derrame de petróleo.

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