Madres de alquiler: ¿acto de buena voluntad o buen negocio?
La pequeña ciudad de India, Anand, es tradicionalmente conocida por su producción láctea. Actualmente es la capital de las madres de alquiler.
La clínica para infértiles “Akanksha”, dirigida por la doctora Nayna Patel, es una de las pioneras del negocio de la inseminación artificial en vientres alquilados, técnica que permite tener hijos a unas 55 parejas extranjeras al año.
Las madres de alquiler pasan ocho meses de su embarazo en una residencia cerca de la clínica. Su estancia es pagada por los padres biológicos del niño.
La doctora Patel comenta que usan tecnologías tradicionales: “Creamos un embrión con un procedimiento que se llama fecundación invitro. Se toma un óvulo de la madre y el esperma del padre genéticos y se crea un embrión en un laboratorio. Luego se implanta en un vientre de alquiler, ya que la madre genética tiene problemas para estar embarazada. Pasados los nueve meses, nace el bebé y la madre de alquiler lo entrega a la pareja y esta le recompensa sus servicios”.
Jaishree Patel, una de las madres que participan en estos programas, está esperando su segundo bebé. Pero a diferencia del primer hijo, este no es suyo. Sus padres son una pareja norteamericana: “Para mí será penoso dejar a mi bebé. Pero en realidad es su niño y he aceptado vendérselo. Cuando alguien no puede tener hijos, regalarle esta oportunidad es una buena acción.”
Otra madre de alquiler, Rashida Bohra, recibirá este mes 6,500 dólares por dar a luz a un bebé. En la India rural esto es mucho dinero y lo planea gastar en la educación de su hijo de 14 años de edad y en comprar una casa. Según ella, la mayor dificultad que tuvo es que el adolescente no apoya su decisión: “Al principio mi hijo se enojó muchísimo. Dijo que no se puede llevar en el vientre al bebé de otras personas. Dijo que si yo puedo dejar a este bebé por dinero, entonces para mí sería fácil dejarlo a él también. Le dije que no, que sólo había hecho esto por él, para que tenga un futuro.”
A pesar de que EE. UU. se considera un país líder en ´el alquiler de vientres´, los norteamericanos Anthony Otebula y su mujer llegaron a India para elegir una madre. Otebula comenta: “El precio en los EE. UU. es desmesurado. Sólo las estrellas de Holywood se pueden permitir este lujo. Cuesta más de 100,000 dólares. En India es relativamente asequible.”
Sin embargo, la doctora Patel dice que en la mayoría de los casos la cuestión no es el dinero: “Muchas veces en primer lugar buscan a una mujer en la que puedan confiar y no el precio más bajo. Quieren asegurarse que la madre recibirá buena asistencia, que no es una drogadicta, alcohólica o fumadora. Afortunadamente, en India todavía es un tabú para las mujeres, sobre todo en una ciudad tan pequeña como Anand. Por eso pueden estar seguros.”