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Alemania no planifica testar los cerebros de inmigrantes

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El Poder Ejecutivo de Alemania se vio obligado a descartar los fingidos planes de poner a prueba la inteligencia de los inmigrantes, a la hora de autorizar su entrada o su estancia en el país. Implantar un test de esa índole fue la idea de varios militantes de la Unión Cristiano Demócrata, a la q
Alemania no planifica testar los cerebros de inmigrantes

El Poder Ejecutivo de Alemania se vio obligado a descartar los fingidos planes de poner a prueba la inteligencia de los inmigrantes, a la hora de autorizar su entrada o su estancia en el país. Implantar un test de esa índole fue la idea de varios militantes de la Unión Cristiano Demócrata, a la que pertenece la vigente canciller federal Angela Merkel.

Uno de los autores del proyecto, Peter Tramp, miembro de la asamblea local de Berlín y portavoz de su partido en asuntos interiores, lo defendió ante sus compatriotas a través de la televisión y varios periódicos, mientras que los representantes oficiales del Gobierno buscaban argumentos para desviar las sospechas de que aquellos planes se ventilasen dentro del gabinete.

En las páginas del semanal Bild el parlamentario llamó a no tratar la cuestión como un tabú. Atrajo el ejemplo de Canadá que, según Tramp, ha avanzado más adelante en sus intentos de controlar la inmigración, introduciendo estos tests de IQ (Calidad de Intelecto por sus siglas en inglés).

Con todo eso, no fue él quien desató la propia polémica sobre el tema, sino uno de los consejeros del Banco Central de Alemania, Thilo Sarrazin, que este mismo mes confesó que los inmigrantes cada vez eran "más estúpidos", que tenían un nivel educativo inferior que los alemanes y que, por ello, amenazan con reducir la media de los índices de inteligencia de la nación germana.

El portavoz del gobierno alemán, Christoph Steegmans, por su lado, aseguró el 28 de junio que los ministros ni siquiera estuviesen estudiando aquella medida para los que llegan al país. “No demostraría ninguna inteligencia personal —dijo.— Plantear que los inmigrantes son estúpidos sería claramente discriminatorio”.

Asimismo, las principales fuerzas políticas alemanas, tanto de la coalición gubernamental como de la oposición, no han tardado en distanciarse de los planteamientos de Trapp. Así, el mayor responsable para los temas de inmigración del Partido de los Verdes, Memet Kilic, denunció que esperaban "una política migratoria más humanitaria de un partido cristiano".

Merece recordar que Alemania sigue siendo uno de los países más atractivos para la inmigración. El número de extranjeros que se trasladaron a su territorio a lo largo de 2009, aumentó en 6% en comparación con el año anterior y alcanzó los 606.000 personas.

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