Ban Ki-moon visita Pakistán y urge a las naciones a enviar ayuda
Tras pedir ayuda a principios de esta semana para asistir a los damnificados por las inundaciones en Pakistán, el secretario general de la ONU se ha trasladado a la zona del desastre para mostrar su apoyo al país.
Después del primer llamamiento del secretario general de la ONU para solicitar a la comunidad internacional 460 millones de dólares para colaborar en las tareas de rescate y rehabilitación en Pakistán, Ban ki-moon se ha trasladado hoy a la zona afectada, con la intención de mostrar su apoyo a los damnificados y de “instar a la comunidad mundial a que acelere la asistencia al pueblo de Pakistán”, informa la pakistaní Geo TV.
Tras su llegada al país, Ban se ha reunido con el primer ministro, Yusuf Raza Gilani, en un encuentro en el que ha subrayado que se va a emprender “cualquier medida posible para agilizar la asistencia y acelerar el ritmo de entrega de la misma” a los damnificados. Por su parte, Giliani afirmó que la escala de la tragedia superaba la capacidad de reacción de un país en vías de desarrollo “e incluso de un país desarrollado”, razón por la cual reiteró su petición de solidaridad hacia las víctimas.
El secretario general de la ONU también se reunió con el presidente Asif Ali Zardari, que ha recibido fuertes críticas por continuar con su gira europea la pasada semana, mientras tenían lugar las inundaciones.
El principal responsable de Naciones Unidas ha afirmado que jamás había contemplado un desastre similar y que semejantes inundaciones “no tienen precedentes y necesitan una ayuda sin precedentes”, informa El País. Tras las primeras estimaciones, el organismo internacional, a través de su secretario general, pidió ayudas urgentes por valor de 460 millones de dólares, de los cuales la ONU ha recaudado tan solo una cuarta parte hasta el momento.
Por el momento, el recuento de víctimas mortales por las inundaciones asciende a unas 1.400, mientras que los heridos han sido unos 1.600. Sin embargo, la magnitud del desastre podría ir mucho más allá de no llegar rápidamente la ayuda, ya que el total de daminificados que han tenido que desplazarse de sus hogares asciende a 20 millones de personas, con 875.000 viviendas destruidas. Además, los expertos estiman que la mortalidad podría crecer significativamente, debido a las víctimas de enfermedades derivadas de la falta de higiene y agua potable.
Las organizaciones internacionales solicitan por ello el envío de material sanitario, tiendas de campaña e infraestructura para potabilizar agua, así como helicópteros y lanchas para las tareas de rescate.