Una condena desata polémica sobre los métodos de curación de drogadictos
La sociedad rusa está sumergida en el debate por el caso de Yegor Bichkov, ex director del centro de rehabilitación de drogadictos 'Ciudad sin Narcóticos' que opera en la ciudad de Ekaterimburgo. Un tribunal lo ha condenado a 3 años y medio de prisión por maltrato y secuestro de personas. Sin embargo, él mismo no admite su culpa y asegura que sólo quería ayudar a los drogadictos.
Hace 11 años Yegór Bychkov, junto con unos voluntarios luchadores contra los narcóticos, crearon un centro de rehabilitación para los adictos con un nombre que aclara el objetivo: 'Ciudad sin Narcóticos', financiado con fondos privados.
En 1999, según las estadísticas, en Ekaterimburgo murieron de sobredosis más de 300 personas, 30 de ellas jóvenes. Según señalan los partidarios de Bychkov, la situación ha cambiado drásticamente gracias a la organización 'Ciudad sin Narcóticos'. Sus integrantes calculan que en los últimos 11 años, la fundación ha llevado a cabo más de 3.000 redadas contra las drogas, han detenido a más de 60.000 narcotraficantes y además en el centro se han rehabilitado más de 700 personas, muchas de las cuales luego formaron parte del grupo de voluntarios.
El coordinador de la fundación, Yevgueni Malenki, cuenta que la idea surgió espontáneamente. "Llegaron las madres de estos drogadictos y pidieron ayuda. No teníamos ni idea de qué hacer con ellos. Y entonces apareció el centro de rehabilitación".
Los drogodependientes se pasan el primer mes encerrados en una habitación y en algunos casos esposados. Las condiciones en las que tienen que pasar los primeros días de rehabilitación son muy duras y en ocasiones pasan a ser objeto de críticas para los detractores de este centro. Precisamente esto ha sido uno de los motivos principales para condenar a uno de los directores del centro, Yegor Bychkov, que fue acusado de haber secuestrado a personas adictas y maltratarlas en el centro de rehabilitación.
Sin embargo, Yevgueni Malenki no acepta estos argumentos y habla de otro tipo de mal trato. "¿Que es cruel? Permitir a una persona drogarse, eso es crueldad. No hacer nada. Eso es crueldad", explica.
Yuri, ex drogodependiente, cuenta que tras seis años de consumo de drogas, su madre lo llevó a la fundación angustiada por el daño que sufría su hijo. "Mi madre (…) acudió a la fundación por ayuda. Es duro, pero pueden ver cómo se siente aquí la gente. Hablan unos con otros. Y la atmósfera amistosa te ayuda", confiesa.
Mientras tanto la defensa de Yegór Bychkov apeló el veredicto, argumentando que no se han presentado pruebas suficientes de trato inhumano.