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Historia de los censos en Rusia. 1937 y 1939: la era estalinista

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Hoy en Rusia empieza el décimo censo en la historia del país a escala nacional. Durará 12 días, hasta el 25 de octubre. 613.000 personas, entre las que hay muchos estudiantes, harán de registradores. Algunos de estos jóvenes 'voluntarios' se han quejado de que oficialmente nadie les obliga a trabaj
Historia de los censos en Rusia. 1937 y 1939: la era estalinista

Hoy en Rusia empieza el décimo censo en la historia del país a escala nacional. Durará 12 días, hasta el 25 de octubre. 613.000 personas, entre las que hay muchos estudiantes, harán de registradores. Algunos de estos jóvenes 'voluntarios' se han quejado de que oficialmente nadie les obliga a trabajar estos días en vez de ir a clases, pero les han dado a entender que 'la no participación' puede desembocar en una atención extra hacia sus respuestas durante los exámenes.

A pesar de todo, sus comentarios muestran que las prácticas de padrones evolucionaron mucho desde la época soviética: en la era estalinista 'la no participación', tanto para los censores como para aquellos que se sometían al registro, presuponía el castigo penal, mientras que no cumplir escrupulosamente con las obligaciones implicaba incluso el fusilamiento.

LA ERA ESTALINISTA EN LAS ESTADÍSTICAS

Diferentes historiadores rusos estiman el período de llegada de Iósif Stalin al poder absoluto entre 1926 (el año del primer censo soviético a escala nacional) y 1929. La época marcó una nueva etapa en la historia de las estadísticas locales.

El censo de 1937: en un país oficialmente ateo, la mayoría de la población seguía siendo creyente

En 1937 fue realizado un censo nacional regular. En vísperas del padrón, la propaganda funcionó como nunca: la URSS difundió unos 2 millones de octavillas en 29 lenguas, 300.000 pósteres y lanzó a la venta unos 10 millones de cajas de cerillas con lemas de difusión del futuro censo.

Durante las dos primeras semanas después de concluirse el proceso de registro, la prensa estaba llena de noticias. Sin embargo, luego vino un período de silencio global. Los resultados del padrón fueron clasificados y los organizadores y muchos de los registradores fueron denunciados como 'enemigos de la nación'.

El censo había revelado que en los 11 años desde el último conteo en 1926, el crecimiento vegetativo de la población había alcanzado sólo 9 millones de personas (según los resultados preliminares, la URSS contaba con unos 156 millones de habitantes, en comparación a los aproximados 147 millones de 1926), frente a los 37 pronosticados. Con este dato se estaban manifestando las víctimas fatales de las hambrunas de 1932–1934 y las represalias de Iósif Stalin. Los periódicos soviéticos, cuando empezaron a compilar los primeros resultados y todavía no se les había ordenado dejar de mencionar el padrón públicamente, escribían: "las primeras observaciones de los registradores permiten concluir que en los últimos años nuestro país rejuveneció muy considerablemente".

Además, las autoridades descubrieron que, en un país oficialmente ateo, la mayoría de la población (un 56,7%) seguía siendo creyente. Y eso, a pesar de que muchos no confesaban su fe a los registradores, porque temían ser perseguidos, pues surgían rumores de que a los creyentes los iban a deshabitar.

Según publicó el periódico 'Pravda', en 1937: "una de las mujeres preguntó al censor si era verdad que en los pasaportes iban a poner una estampa si la persona era creyente. El funcionario tardó mucho en convencerla de que en los pasaportes no se hacía ninguna marca de ese tipo".

El censo de 1939 con fines de 'corregir' los resultados de 1937

Con fines de 'corregir' los resultados de 1937, en 1939 fue lanzado -bajo las órdenes de Stalin- un censo extraordinario. Introdujeron una pena común por no participar en el padrón y excluyeron del formulario la pregunta acerca de la fe, para evitar todo tipo de 'inconveniencias'. Además, se había ordenado registrar a todos los habitantes de la calle y se había previsto que los funcionarios pasaran por la misma casa varias veces para no permitir 'brechas' en el censo. En algunas ciudades, como por ejemplo Taskent (capital de la República soviética de Uzbekistán), las autoridades locales obligaron a los habitantes a mantener atados a sus perros durante todos los días del censo para que los registradores no temieran entrar a los patios. Así lo testimonió el periódico 'Komsomólskaya Pravda' de aquella época.

Para obtener los resultados que quería ver el Gobierno, primero los propagandistas y luego los registradores mostraron un verdadero heroísmo. Según el mismo periódico: "11 aviones realizaron un vuelo de agitación, arrojando octavillas. Los propagandistas daban conferencias y, en ciertos casos, cuando el avión no podía aterrizar, saltaban con paracaídas”.

En una región montañosa de Adjaria (una zona en el extremo sudoeste de la República soviética de Georgia), “el maestro komsomol (miembro del partido comunista juvenil) Jasán Kochalidze y su compañero decidieron registrar a cinco familias que residían en tierras altas y poco accesibles, cada una a unos 5 u 8 kilómetros de otra. Durante el invierno no había camino hacia ellos, pero los registradores atravesaron andando 45 kilómetros de puertos de montaña, precipicios y rocas movedizas para censarlos”.

En cuanto al método de inspecciones repetidas, destinadas a evitar brechas en el padrón, al principio no dieron los resultados deseados: en la mayoría de los casos, las visitas de control no descubrieron a los no censados. La presión de las autoridades aumentó y los registradores no tardaron mucho en revelar 'brechas' en el registro: por ejemplo, en uno de los barrios de Tambov (la ciudad a unos 480 kilómetros de Moscú), la primera inspección de control descubrió a cuatro personas todavía no inscritas, pero el segundo informe ya mencionaba a 287 individuos.

Los resultados en breve del censo de 1939 fueron publicados entre ese año y el siguiente, pero en muchas ocasiones parecieron contradictorios. La versión completa jamás vio la luz: además de las discrepancias demasiado obvias, la Gran Guerra Patria de 1941-1945 impidió terminar de procesar y estudiar todos los materiales obtenidos. Sin embargo, la cifra total publicada satisfacía los deseos del Gobierno. Según los datos oficiales del padrón, en 1939 la URSS contaba con 170,6 millones de habitantes, 56,1 millones de ellos (un 33 %) residían en ciudades: en tan sólo dos años, la población del país aumentó en 14,6 millones de personas.

En cuanto a las citas más curiosas de la época: el censo reveló que “en la sociedad socialista se pueden ver familias cuya cabeza es la mujer e incluso no la madre, sino la hija. La razón no es cuánto gana cada miembro, sino otras peculiaridades que son características íntegras sólo de una familia soviética” ('Komsomólskaya Pravda', 1939).

En próximo censo tendría lugar sólo 20 años después, en 1959.

 

Leer las partes anteriores:

Leer Parte I: HISTORIA DE LOS CENSOS EN RUSIA. 1987: ¡VIENE EL ANTICRISTO!

Leer Parte II: HISTORIA DE LOS CENSOS EN RUSIA. 1920 Y 1926: BOLCHEVISMO ES REGISTRO

 

Leer más:

Leer Parte IV: HISTORIA DE LOS CENSOS EN RUSIA. 1959 - 1989: LOS PASTORES MATUSALENES

Leer Parte V: HISTORIA DE LOS CENSOS EN RUSIA. 2002: LOS ELFOS, UNA NUEVA TRIBU RUSA

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